La ley de las tres R

Reducir, reutilizar y reciclar, una política para controlar la producción diaria de millones de toneladas de basura que se producen en el planeta. Si actuamos así, es más que probable que sea irreparable el daño para la Naturaleza y, por ende, para todos nosotros. Pero, es muy importante, aplicar la estrategia en este orden: primero reducción, después reutilización y, por último, reciclado. Reciclado sólo cuando ya no quede otra solución.

REDUCIR: Es disminuir su peso, volumen, y toxicidad. Para darle un respiro a nuestro planeta, tenemos que reducir el volumen de productos que consumimos así como el uso de todo aquello que proceda de recursos naturales que puedan terminarse algún día. No olvidar que para fabricar productos de todo tipo, necesitamos materias primas, agua, energía, minerales, etc. Que pueden agotarse o tardar muchísimo tiempo en renovarse. Reducir el volumen de productos no necesarios con los que nos bombardean constantemente en anuncios publicitarios. Elegir los productos con menos envoltorios, y sobre todo los que utilicen materiales reciclables. Reducir el uso, en casa, de productos tóxicos y contaminantes, para contaminar menos nuestros ríos y mares. Reducir la utilización de bolsas de plástico para la compra. Lleva siempre una de tela o el carrito de la compra. Reducir el uso del papel de aluminio. Reducir el consumo de productos de usar y tirar. Elige siempre las alternativas de cristal, cerámica o tela…

REUTILIZAR: Usar de nuevo un objeto que ya has empleado para el fin para el que lo adquiriste o para otro fin. De este modo alargamos su vida y evitamos que se convierta en basura. Cuantos más objetos volvamos a utilizar menos basura produciremos y menos recursos tendremos que gastar. Cuando nos desprendemos de cosas o las tiramos, no pensamos que la mayoría de ellas se podrían reutilizar dándoles otras funciones, o que otras personas las pueden utilizar. Lo que no deberíamos hacer nunca es tirar, ésta debería ser una actividad casi inexistente en nuestra cotidianidad. Antes de tirar se debe buscar por todos los medios posibles la manera de no hacerlo y de darle a aquello que no nos sirve otra utilidad. Evidentemente es posible, sólo requiere un poco de imaginación o de creatividad. Si no puedes encontrar un producto líquido en un envase de cristal retornable, sigue eligiendo el vidrio. Siempre es preferible “reutilizar”, así no hay que gastar tanta energía en hacer botellas nuevas.

RECICLAR: Obtener a partir de un residuo, mediante un proceso de transformación, un producto de finalidad similar a la original. El término reciclado suele utilizarse comúnmente en su acepción más general, para referirse al hecho de no depositar un producto directamente en la basura (para que sea enviado sin más a un vertedero), sino en un contenedor adecuado, con el propósito de que sea sometido a algún proceso de recuperación específico para dicho producto. Las latas de aluminio, botellas de cristal, papel, cartón, botellas de plástico y otros envases reciclables se pueden llevar a un centro de reciclaje. En estos centros de reciclaje se clasifican los materiales y los envían a las fábricas, que hacen con ellos nuevos productos. Para lograr mayor efectividad en el proceso de reciclaje, las basuras deben seleccionarse en origen en varias fracciones y depositarlas en contenedores apropiados.

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