Energías Renovables: Biocombustibles A Partir de ALGAS

Los altos costos de los combustibles fósiles, la contaminación que ellos producen en la atmósfera por las altas emisiones, así como la llegada amenazadora del agotamiento de las reservas de crudo, ha hecho que desde hace varios años se esté apostando a los biocombustibles como la solución  a la necesidad mundial de combustibles.
Hasta ahora los más conocidos eran el bioetanol y el biodiésel.  El principal inconveniente atribuido a los biocombustibles es que para su producción masiva hacen falta tierras y cosechas que dejarían de utilizarse para alimentar a la población mundial.  De ahí, la necesidad de seguir innovando en el sector con el fin de buscar nuevas alternativas al incierto futuro energético. Una de las más interesantes consiste en la producción de biocombustibles a partir de algas, un vegetal que muchas veces resulta ignorado y olvidado.  A este Biocombustible, lo llaman Biopetróleo y es obtenido a partir del Fitoplancton presente en las algas. Empresas como Aquaflow Bionomic Corporation, de Nueva Zelanda, o la española Bio Fuel-System desarrollan proyectos en el que las algas constituyen la fuente principal para producir este tipo de petróleo ecológico.
Tres son los elementos que hacen posible la conversión de energía en biopetróleo equiparable al de origen fósil pero sin emisiones de CO2 a la atmósfera: La energía solar, la fotosíntesis y el campo electromagnético. Las radiaciones solares que llegan anualmente a la Tierra equivalen a 168.000 Terawatios o lo que es lo mismo, 15.000 veces el consumo actual de energía global. Aproximadamente, más de 110 kcal de energía libre se almacenan en la biomasa vegetal por cada molécula de CO2 fijada durante la fotosíntesis. Las plantas absorben solamente entre el 5 y el 10% de la luz para mantener este proceso de transformación energética. Con un máximo de 45% de luz (PAR) se inicia el proceso. Por tanto, el sistema no necesita luz directa como lo necesita una placa fotovoltaica.
Por otra parte, las algas no son utilizadas de manera generalizada como alimento, pudiendo crecer con agua salada o no potable y en terrenos desaprovechados para uso agrícola. Por ello, su explotación masiva no interferiría con la producción alimenticia, como ocurre con ciertos biocombustibles. Además, el biodiésel procedente de algas no es tóxico (no contiene sulfuros ni sulfatos) y es altamente biodegradable.
Asimismo, los productos derivados de las algas podrían tener más aplicaciones para industrias como la plástica, la farmacéutica o la alimentaria. En otros casos, el cultivo de algas que producen más carbohidratos y menos aceite podrían utilizarse para generar etanol, un tipo de alcohol que también se utiliza como biocombustible. Los expertos incluso afirman que estos procesos podrían trasladarse a las refinerías para reproducir los productos elaborados con petróleo.
La producción de algas utilizadas para la producción de combustibles no es algo nuevo. A finales de la década del 70, Estados Unidos puso en marcha el llamado «Programa de Especies Acuáticas» debido a la crisis petrolera.
Según los investigadores de Bio-Fuel System, la superficie que se necesita es mínima, ya que la planta de producción está construída a lo alto y no a lo ancho, también aseguran que el Biopetróleo es 1400 veces más rentable que el cultivo de girasol y se recupera el 100% de la energía solar, lo que no sucede con otros biocombustibles.
El principal problema que tienen las empresas productoras de este Biopetróleo es definir cuáles son las especies de algas con mayor densidad de aceite que darían un proceso más eficiente ya que pueden existir alrededor de 100 mil especies de algas y la gran mayoría tienen alto contenido de agua, lo que dificulta el proceso.
Lo cierto es que en los oceános se encuentra la mayor biomasa del mundo y allí se encuentran las algas, un combustible ecológico que según sus defensores podría tener la capacidad de reemplazar a los combustibles fósiles.

FUENTES VARIAS

Comentarios