Hace un par de años cuando se popularizaba el tema de la computación en la nube, tuve la oportunidad de escribir un blog refiriendo algunas aplicaciones y el potencial que en esa época surgía al “mudarnos a la nube”; hoy tengo la fortuna de ver como eso que se asomaba tímidamente es toda una realidad y que llegó para facilitarnos la vida. Los documentos en línea dispuestos para el trabajo colaborativo, las herramientas creativas e innovadoras al alcance de cualquier usuario y las miles de aplicaciones que alrededor de esta tesis se han desarrollado.
Lo interesante es que dichas aplicaciones siguen impactando nuestra vida casi sin darnos cuenta, cambiamos formas de almacenamiento, comportamientos de usuario, todo de acuerdo a la “onda” de montarnos en la nube.
Ahora, ¿Qué tan preparados estamos de mudar nuestra información definitivamente a la nube? Esta pregunta me surge a partir del nuevo negocio al que le está apuntando Google:
El Chromebook, un nuevo concepto de equipos portátiles que funcionan con el principio de la computación en la nube, lo que quiere decir que toda la información necesaria para su funcionamiento está en la red, no más discos duros ni sistemas operativos “complejos”.
Ya no sólo los datos (documentos, imágenes, etc.) sino también las aplicaciones y los programas están dispuestos a un sólo clic. Lo que plantea el Chromebook es básicamente una respuesta al comportamiento del mercado; ahora piense, ¿Qué tanto tiempo del trabajo en su computador está conectado a Internet?… Mucho diría yo, claro está todo depende de a qué se dedique y qué tan “nube dependiente” sea.
Por mi parte, ya la mayoría de la información que manejo está allí, en documentos compartidos, en mi correo electrónico o en servicios de administración de proyectos como Zoho Project, por ejemplo.
Estos nuevos equipos portátiles serán inicialmente fabricados por Acer y Samung, los cuales estarán en manos del público a partir del 15 de Junio. Ya veremos qué tan aceptados lleguen a ser, ya que prometen tener un bajo costo y un alto rendimiento. Una de sus más llamativas características es que no necesitan ningún tipo de actualización ya que al estar permanentemente conectados a Internet su sistema se encargará de realizarlas de forma automática.
¿Será que nos arriesgamos a dejar toda nuestra información en la red, o más bien es una buena forma de asegurar que nuestra información esté dispuesta desde cualquier lugar con conexión?
Es claro; las discusiones sobre la privacidad y seguridad de la información siguen estando y mi objetivo no es defender o estar en contra de nada, de hecho me interesa mucho saber si usuarios del común están dispuestos a depender casi que el 100% del “gran Google” o de otros servicios que también le estén apuntando al mismo concepto.
Imagen tomada de Getty Images.
Laura Ayala
Coordinadora de gestión del conocimiento
Corporación Colombia Digital
lauraayala@colombiadigital.net