Sexo hasta en las redes sociales

Internet le ha facilitado la búsqueda a quienes quieren tener encuentros eventuales.

Fue aproximadamente en 2003 cuando las redes sociales comenzaron a tomar fuerza. Plataformas como Myspace, Hi5 y Facebook se convirtieron en un espacio virtual para generar conexiones entre familiares, amigos y hasta desconocidos con intereses en común. Poco a poco se fueron convirtiendo en espacios generadores de tendencias, nuevas plataformas de juegos en línea y chats para establecer conversaciones entre dos personas o un grupo puntual. Sin embargo también les han dado otros usos “indebidos” (por llamarlo de alguna manera) que algunas personas poco conocen y que pueden llamar la atención de los usuarios, incluso de los niños, que si bien no es algo alarmante o un tema que dejó de ser un tabú para la sociedad, son publicaciones que pueden dar paso a encuentros fortuitos con desconocidos, por poner un ejemplo.

Puntualmente me estoy refiriendo a la difusión de contenidos pornográficos y perfiles que ofrecen servicios y actividades sexuales. Claramente para esto no fueron creados redes como Facebook o Twitter, pero diferentes personas se han aprovechado de su favoritismo para promocionarse con fotografías, que por lo general, ocultan los rostros y prefieren mostrar lo que venden: sus cuerpos.

Lo curioso, y aquí una vez más me quiero referir a la costumbre que tenemos los usuarios de no leer las políticas de privacidad y contratos de Términos y Condiciones antes de crear un perfil y hacer uso de una plataforma virtual, es que la mayoría de usuarios no saben (o por lo menos eso dirán) que está prohibido publicar imágenes obscenas o con “contenido pornográfico, que incite a la violencia o que contenga desnudos, violencia gráfica o injustificada, ni que sean contrarios a la moral y a las buenas costumbres”, como lo dicen los Términos y Condiciones de Uso de Facebook.

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Es normal que este tipo de comentarios se presten para dividir opiniones. Habrá quienes están totalmente a favor de que no se difundan contenidos de esta índole, mientras que otros no le verán inconveniente alguno, pensarán que no es algo de fácil acceso y argumentarán que “al que no le guste que no lo vea” o que para eso está Internet.

Algo similar como lo pensó Mark Zuckerberg cuando diseñó The Facebook (Así se llamaba inicialmente): fue con la intención de tener una plataforma en la que se reunieran fotografías de las estudiantes de la Universidad de Harvard, calificarlas y hacer un sondeo para conocer la posibilidad de salir con alguna de ellas y llegar a un encuentro sexual casual. Por supuesto este objetivo cambió rotundamente. Zuckerberg pasó de tener un interés que involucraba a la universidad, a ser reconocido como el co-fundador de la red social más grande del mundo.

Volviendo al tema de los contenidos sexuales explícitos, al ser la pornografía algo legal, puede realizarse y ser vista por quien lo desee, lo malo es cuando sus contenidos son vistos por algún menor de edad u otra persona que considere como algo ofensivo este tipo de contenidos. Lo apropiado sería darle el manejo correcto a las herramientas, porque incluso ha sucedido con LinkedIn, considerada la red social de profesionales. Hace un tiempo decidió hacer una aclaración en su documento de condiciones de uso en el que dejó claro que queda prohibido crear perfiles en los que se promueva la prostitución o escorts (dama de compañía).

Esto no quiere decir que se coarte la libertad de expresión, los gustos y la manera de pensar. Lo ideal en Internet es que sea un espacio abierto, autónomo y al servicio de todo el mundo. Por eso existen otras plataformas web y móviles en las que la mayoría de perfiles son creados con este fin del que he venido hablando.

Vale la pena mencionar a Tinder, una aplicación móvil creada (en principio) para conocer personas cercanas a la ubicación geográfica del usuario y tener la posibilidad de llegar a tener un encuentro real. Sin embargo dada la suspicacia de quienes se “encarretaron” con esta nueva modalidad, comenzó a ser utilizada para conectar personas que quisieran tener sexo casual, como lo citan en el portal web Pousta: “En una semana escuche a tres personas definirla como perfecta para conseguir sexo”.

Cuando las dos personas que se conectan a través de estas redes, aceptan tener un encuentro social, por supuesto que no están afectando a nadie, pero se han escuchado casos en los -incluso menores de edad- son engañados haciéndoles creer que quieren conocerlos y entablar una amistad. Esto puede convertirse en un claro ejemplo de algo que comienza como un hecho inocente,  podría terminar en algún tipo acoso. Lo importante es tener las intenciones claras.

Finalmente, a muchas personas les sonarán otras redes como Grouper, Tawkify y Okcupid, plataformas creadas bajo la idea de conocer gente, encontrar a su “media naranja” y comenzar una relación con quien menos lo esperaban. ¿Conocer gente? Sí, pero muchas veces lo que buscan no es precisamente una relación estable, sino con quién divertirse y compartir sus deseos sexuales.

Hay de todo tipo, parejas del sexo opuesto, del mismo sexo, tríos, swingers, etc., y no estoy en contra de alguna de esas preferencias, solo es cuestión de apropiarse de las herramientas en línea y mostrar lo que en realidad se quiere al crear su perfil y hacer uso de estas.

 

Mayra González
Productora de contenidos web
Corporación Colombia Digital

 

*Imagen tomada de http://es.wix.com/blog/2013/07/relaciones-a-distancia/ 

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