Son divertidos hacerlos, pero ¿realmente de qué sirven?
Poco a poco se ha ido dejando de hablar del famoso #IceBucketChallenge (Reto de la cubeta de hielo). Este desafío, como otros tantos que se han viralizado en Internet (en especial en las redes sociales como Facebook y Twitter), suelen recibir muchas críticas acerca de la razón o el método con el que se hacen. Se han escuchado diatribas relacionadas con el desperdicio absurdo de agua y la manera en que se tergiversó la iniciativa del ex beisbolista Pete Frates, ya que muchas personas “aceptaron” el reto regándose agua fría, pero seguramente muchos de ellos no donaron el dinero a la Asociación ALS, incluido al reconocido Homero Simpson. Pero bueno, sabemos que su intención, como la de muchos de los capítulos de esta serie animada, era hacer una sátira a la vida real.
No voy a hablar solo de este reto que ya está quedando en los recuerdos de miles de personas alrededor del mundo. Me atrevería a decir que este tipo de videos caseros que se hacen virales y que todos quieren imitar comenzaron en la era del Harlem Shake. Este fenómeno comenzó a verse en febrero de 2013 y también recibió muchos comentarios, pero aun así diferentes individuos de todo el mundo hicieron parte de este baile descontrolado. (Si desea recordarlos hay una página que recopila los mejores: http://harlemshakevideos.es/).
Luego fueron apareciendo otros menos renombrados como “El Reto del Mostacho”. El usuario de España en YouTube conocido como “elrubisOMG” fue quien lo inició. Consiste en poner dos bigotes falsos en la pantalla de un televisor, luego se reproduce una película y se escoge un personaje de los que aparecen allí. En cada escena en la que a la persona le encaje el bigote, quien acepte el reto debe comer algo picante, como jalapeños, tabasco, pimienta negra, etc.
Más o menos por esta misma época, pero en México, los «youtbers» se unieron al Reto del Chile Abanero, para quienes no conocen este condimento, es considerado uno de los más picantes de las diferentes especies de ajíes. DebRyan Show, Fichis in the house y Heytspriguel fueron algunos de los personajes famosos en la plataforma de videos de Google que aceptaron el desafío de comer la mayor cantidad posible de estos chiles.
Algunas personas recordarán también el “Á l’eau ou au resto”, en español “Al agua o al restaurante”, una apuesta por botarse en bicicleta al agua o pagar una invitación a un restaurante. Esta tendencia cobró la vida de dos personas. Triste e irracional.
Otro reto que se hizo popular entre estudiantes universitarios de Estados Unidos fue el “Fire Challenge”. Me atrevería a decir que son jóvenes sin cerebro (sin ofender) que tuvieron la osadía de regar alcohol etílico en su pecho desnudo y luego prenderse fuego… claro, lo hacían cerca a una ducha de agua, pero igual alcanzaban a tener quemaduras de grado dos.
Finalmente, dadas las diferentes críticas del ya mencionado Ice Bucket Challenge, se generaron otras versiones, como la del periodista palestino Ayman Aloul, quien en vez de bañarse en agua, utilizó algunos de los escombros que han quedado del conflicto en la Franja de Gaza, lo llamó Remains Bucket.
Uno que sí me pareció divertido y que conlleva a una buena causa, al igual que el del agua fría, fue el que comenzó Tierra de Animales, el cual consiste en retar a comerse una galleta de perro y quien lo haga debe donar un bulto de comida que servirá para dárselo a perritos abandonados; quien no se atreva a comerse la galleta deberá donar tres bultos. ¿Se le mide?
Todo este recuento es para descubrir que esto se traduce a un protagonismo en redes sociales que a la hora de la verdad termina siendo anónimo, a costa de actos absurdos que en muchas ocasiones peligran con la vida de quién los ejecuta. Simplemente hay personas a quienes les gusta hacer el ridículo, o lo que los demás hacen. No soy quién para prohibir este tipo de actos, pero podría sugerir que se haga con la debida responsabilidad, ¡es por la salud propia!
Mayra González
Productora de contenidos web
Colombia Digital