Cuántas veces nos ha pasado que teniendo una importante entrega se nos han dañado los archivos, se contaminan de virus, no abren o sencillamente no aparecen.
Somos muchos los que hemos pasado interminables días y noches trabajando en un proyecto, escribiendo o diseñando para que al llegar el preciado día de la entrega la memoria “no leyera los archivos”, y entonces todo el tiempo que dedicamos se va a la basura. Como es de esperarse, nos desesperamos hasta ‘madrear’ a la USB.
Si a usted se le borró la entrega final, un trabajo universitario o perdió el archivo para un negocio; sabe de qué estoy hablando.
Teniendo en cuenta esos interminables momentos en los que intenta explicarle al profesor o a quien exponemos nuestro trabajo lo sucedido mientras buscamos una solución, me di a la tarea no solo de pensar en cómo llegamos al nivel de dependencia de un dispositivo tan pequeño, sino además en cuánto más han trascendido las USB.
Pues bien, para empezar hay que decir que este dispositivo fue creado en 1995 bajo la alianza de las empresas: Digital Equipment Corporation, NEC, Compaq, Intel, Northern Telecom, IBM y Microsoft en busca de crear un dispositivo de almacenamiento que ofreciera más capacidad que la del disquete de 3½. Inicialmente salieron al mercado con capacidades de 8 MB, 16 MB, 32 MB y 64 MB (Megabytes). Esto significó una revolución en materia de transporte de datos, ya que era mayor y reducía el riesgo de pérdida de datos por encima de lo que incluso el CD-ROM ofrecía.
Por supuesto, las memorias también han estado en una constante evolución ofreciendo a los usuarios cada vez más y mejores capacidades. Pero esto no se limita únicamente a cuánto pueden almacenar, también influye la velocidad de transmisión.
Datos tomados de: http://www.informaticamoderna.com/Memorias_USB.htm y http://es.wikipedia.org/wiki/Universal_Serial_Bus
Desde el 2008 se ha trabajado en la transición de dispositivos USB 2.0 a USB 3.0 con el fin de mejorar la capacidad de transferencia y reducir costos. Pero eso no es todo, con el auge de las USB y sus amplias capacidades llegó para los usuarios la posibilidad de conectar sus dispositivos a otro aparato además de un computador.
Y es acá en donde realmente centro mi atención. Más allá de cuánto puede almacenar un dispositivo o cuál es su velocidad de transmisión, me sorprende es la versatilidad de este pequeño aparato para imponerse en el mercado.
Actualmente, encontramos dispositivos USB para todo y por ende, puertos para conectar. Entonces el invento que buscaba solucionar la reducida capacidad que proporcionaban los disquetes y la poca seguridad de los CD´s terminó por incorporarse en equipos de sonido, consolas de videojuegos, celulares, entre otros.
Sin embargo hasta ese punto podría decirse que sigue cumpliendo la función de almacenar archivos, música, juegos, etc. Pero el avance de la tecnología ha sido tal, que como si fuera poco tener USB y sus puertos en otros dispositivos ahora también se volvió un tipo de conector universal.
En el mercado existen lámparas, cámaras, ventiladores, cargadores, microscopios y muchos más productos que hoy día funcionan con conectividad a través de un “enchufe” USB. Lo que significa que ha logrado posicionarse fuertemente a tal punto que se han creado conversores para adaptar otros conectores al tipo USB.
Dicho esto, es claro que lo que en un principio fue creado con el fin de almacenar datos, terminó por revolucionar todo un mercado de productos que independientemente de si son o no necesarios, es más práctico llevarlos con nosotros y tener la experiencia de usarlos.
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Cristhian Herrera
Community Manager
Colombia Digital