Mis padres no hacen parte de la generación digital, sin embargo viví algunos años en el exterior y esta condición los llevó a aprender a usar su correo electrónico, skype y Messenger como herramientas de comunicación más económicas. A mi regreso dejaron sus hábitos de conexión dedicando menos tiempo en la red, pero hace algunos meses retomaron sus cuentas con una gran sorpresa: encontraron interfaces completamente diferentes a las de sus apuntes del curso que tomaron años atrás.
Las vertiginosas innovaciones hacen que personas como mis papás, quienes no dedican mucho tiempo a Internet, sientan que lo que aprendieron se desactualizó.
Esta situación sucede gracias a una de las principales características de los servicios en la nube: continúas actualizaciones y mejoras en las plataformas. Un servicio como Prezi (herramienta en línea para diseñar presentaciones) puede llegar a tener más de cuatro actualizaciones por año.
Esto es positivo en cuanto a las optimizaciones y calidad de los recursos digitales, sin embargo muchos usuarios entran en contradicción cuando les cambian la interfaz gráfica de un servicio el cual ya habían “aprendido” a usar.
Aquí es donde se crean grupos de protesta como: “no al cambio de perfiles en Facebook”, en los que miles de usuarios critican los cambios sin la consulta previa a los consumidores. “¿Por qué debo aprender de nuevo a manejar una herramienta cuando ya había invertido un tiempo considerable para manejarla?», ¿qué pasa entonces con la curva de aprendizaje? Claramente debemos aprender más rápido y acostumbrarnos a estar en continua actualización.
Hace algunos años quien hacía un curso sobre el uso de alguna herramienta como Office o Windows, tenía garantizado la apropiación de un conocimiento por uno o dos años. Ahora, quien asegura manejar herramientas de la Web 2.0 debe estar en permanente aprendizaje; no por años, sino por meses.
Muchos iniciaron el uso de Google Docs (plataforma de administración de documentos en línea de Google), sin embargo en los últimos meses este servicio dejó de llamarse Docs y pasó a ser Google Drive, incluyendo una serie de mejoras y características adicionales.
Ahora, si usted se certificó en Docs, puede tener un papel que demuestra que conoce el recurso, pero a la hora de la verdad si no es usuario frecuente y no se preocupa por “cacharrearlo”, sus conocimientos pueden estar desactualizados.
Me pasó con un servicio, que a mi opinión era muy útil: Aviary. Este daba acceso a una suite de varios programas que permitían la edición de imágenes tipo Photoshop y audios como Audacity sin descargar ningún software. Sin embargo estas aplicaciones estaban basadas en desarrollos de Flash; cuando Abobe decidió detener los desarrollos para esta plataforma, muchas herramientas en la nube debieron migrar a otras (plataformas) como lo hizo Aviary, que se la “jugó” en la implementación de aplicaciones móviles, permitiendo editar imágenes en los dispositivos electrónicos.
Por su lado, Adobe le apunta a una nueva generación de la web. Adobe Edge permite crear contenido animado para sitios digitales utilizando estándares como HTML5, Javascript y CSS. Para los programadores esta es una buena noticia al encontrar herramientas con puntos de encuentro como HTML5 y CCS.
Como dice el adagio popular: “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”. Ya no se trata de si queremos actualizarnos, es una obligación si quiere estar vigente en el mercado de la Web 2.0 y la computación en la nube. Los cambios son buenos cuando el diseño de las plataformas y herramientas están direccionadas en la experiencia de usuario haciéndola satisfactoria e intuitiva.
Laura Ayala
Coordinadora Gestión del Conocimiento
Corporación Colombia Digital