La generación que se quita y pone el chip

Las generaciones de los últimos 20 años han sido marcadas por la explosión digital de las tecnologías de la información.

Alguien se atrevió a darle nombre propio a las generaciones. Supongo que de acuerdo a una serie de factores y características específicas, quienes integran el grupo se destacan por el contexto y los sucesos que determinaron la construcción de su imaginario colectivo. Que su relación con el medio, la cultura, la sociedad, las tecnologías; qué su capacidad de evolucionar, adaptarse, quedarse estancados, seguir las reglas… en fin, toda una serie de cualidades encasilladas en una gran tabla imaginaria, a la que cada quien le hace un “check list”.

Cada generación busca diferenciarse de su anterior y por supuesto evolucionar. Dicen que pertenezco a la Generación Y, la de los nativos digitales. Nacimos cuando Internet empezaba a despegar, cuando los videojuegos estaban en su apogeo, las videoconsolas, la aparición de los primeros celulares, a los que muchos dimos el calificativo de “panelas”, por su gran tamaño.

Hemos visto como a medida que pasan los años, todo se hace más cercano y a la vez pequeño. No creo cien por ciento en la astrología, sin embargo creo que existe cierta mística en la alineación astral de los planetas o como se le quiera llamar que de alguna manera (no sé cómo) permite establecer una serie de cualidades entre los individuos nacidos en ciertas épocas. En últimas se trata de definir personalidades, no es más nada. Algo similar sucede con el tema de las generaciones. 
generacionY

Cada una de ellas está agrupada bajo una serie de aspectos que identifican a los hombres y mujeres nacidos de tal a tal fecha. En mi caso, la Generación Y, nos llaman apasionados, emprendedores, con capacidad de adaptarnos fácilmente a los cambios, buscamos hacer siempre lo que nos gusta, cada propósito está encaminado por nuestros reales intereses y necesidades. Una frase que podría identificarnos es “vivir el día a día sin afanes”.

Los dispositivos móviles hacen parte de nuestra cotidianidad, sin embargo no están adheridos a nuestras más profundas necesidades. Si están bien y si no también, (al menos para la mayoría), ese día a día lo construimos a punta de ideas, nuevos proyectos y una comunicación cercana con los nuestros: amigos y familia.

Digamos que somos una generación acostumbrada a los cambios tecnológicos, a los que les sacamos mucho provecho en nuestra diversas áreas, pero hasta ahí. Eso de estar conectados 24/7 puede cumplirse en algunos, pero no en todos.

Es navidad y quedan días contados para empezar un nuevo año, nuestra identidad nos obliga a estar en ambiente, es decir: compartir físicamente con los nuestros, enviar mensajes de Feliz Navidad a través de nuestros aparatejos inteligentes, publicar e-cards en redes sociales. Puede que las pantallas de los móviles nos atrapen por algunos minutos, pero no por el resto de la noche.

Sabemos cuándo quitarnos el chip digital y volver a ponérnoslo.

 

Eliana Álvarez Ríos
Directora de Contenidos Web
Colombia Digital

 

*Imagen tomada de Getty Images

 

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