Nikos Adam es el niño de doce años que Google reclutó en su equipo de programadores para trabajar en una nueva red social que se lanzará el próximo año.
A su corta edad, este jovencito ya ha desarrollado dos aplicaciones web y además posee amplios conocimientos en programación. Adam fue descubierto por Google durante la Feria Internacional de Salónica, donde realizó una exposición sobre ataques cibernéticos. Allí, el niño genio los descrestó a todos.
Hace cuatro años o quizás más esta noticia hubiera sido un boom mediático, sin embargo en tiempos digitales y frente a la inclusión de los llamados nativos digitales en el mundo contemporáneo, ya no causa mayor asombro que un chico de 12 años o menos sea capaz de estos alcances. Varios son los casos que se han venido ventilando durante los últimos dos años sobre los llamados “niños genios”, quienes además de sorprender por sus conocimientos en las áreas de informática, también se perfilan como exitosos emprendedores en el mercado de las tecnologías de la información.
Sin embargo lo destacado de noticias como estas, es que definitivamente cada vez más nos damos cuenta que la masificación de la web a nivel mundial sigue transformando los comportamientos y conductas de las personas, frente al tipo de información que consumen y transmiten. El caso de Nikos deja en evidencia que no son las escuelas las que están redescubriendo esos talentos, ni mucho menos los docentes. Son los mismos niños, adolescentes y jóvenes, quienes desde su interés, asombro y curiosidad se interesan por aprender y re-descubrir lo que sucede en su entorno: desarmando y armando, cambiando las fichas de lugar e inventando.
Puede que algunas instituciones educativas y países estén desarrollando los espacios idóneos para explotar las capacidades creativas y artísticas de los estudiantes, estimulando desde su temprana edad habilidades y cualidades que les permitan sobresalir en el mundo. El siglo XXI se ha destacado por ser la época de las nuevas tecnologías al servicio de la humanidad y de sus necesidades. Hay quienes han comprendido la significancia de este paradigma y se han convertido en actores generadores de creatividad e ingenio en sus comunidades.
Los nativos digitales vienen con el chip incorporado y la sociedad en general está en deuda con ellos, porque ya no se están midiendo los conocimientos por los cartones profesionales o cantidad de títulos adquiridos a lo largo de una carrera, hoy, se miden por las habilidades y competencias.
Niños como Nikos solo necesitan de guías, maestros, tutores que les muestren el camino a seguir y cómo aprovechar las herramientas que tienen a su alrededor. Ellos están llamados a desacomodarse y a no tragar entero, a ser prosumidores de contenidos, a demostrarle al mundo que también están en la capacidad de innovar y sorprendernos con ideas revolucionarias e innovadoras. Y nosotros como jóvenes y adultos estamos llamados a replicar esas actitudes en nuestro día a día, para la búsqueda de nuevas ideas: el emprendimiento es nuestro aliado y las habilidades adquiridas son nuestros recursos para desprendernos de la cotidianidad y zona de confort. El mundo ahora lo tenemos a un clic.
Estamos en tiempos para desacomodarnos, para encontrar detalles sencillos en el universo digital y para armar rompecabezas en un dos por tres con la ayuda de las herramientas tecnológicas; y por supuesto, de los conocimientos que vamos adquiriendo en este camino del aprendizaje itinerante.
Eliana Álvarez Ríos
Directora de contenidos Web
Colombia Digital
*Imagen tomada de Getty Images