Nada es gratis, menos en ‘la nube’

Cada vez me sorprendo más con los múltiples servicios gratuitos que hay en la red. Podemos hacer todo lo que nos plazca sin pagar nada, bueno eso creemos. Por ejemplo, en el caso de Google, gracias a él me comunico, mido indicadores, organizo la agenda, comparto archivos, videos, entre otras cosas. Realmente no sé qué haría sin este buscador Web.

Pero, ¿cuál es precio de lo gratis? Google es un circuito de alimentación independiente, es decir un engranaje que funciona solo. Es un círculo vicioso en el que los usuarios ingresan a un nuevo servicio ‘gratuito’, pagándolos con información que venden a sus anunciantes publicitarios. Con cada palabra que digitamos en la Web, hacemos que ellos ganen dinero.

Pensémoslo por un momento. Inicia el día, prendemos el PC, abrimos el e-mail, las redes sociales, el periódico, etc. Solo con eso ya se genera un perfil de nosotros como consumidores de, en mi caso, Gmail, Twitter, Facebook, periódicos digitales y otros sitos virtuales. Por mi registro en el correo, ‘la nube’ conoce mi edad, ciudad y preferencias de lectura, porque claramente en el Reader tengo filtrados mis favoritos. 

Me percaté de esto hace unos días cuando una amiga estaba jugando Song Pop (el jueguito musical de Facebook). Ella, un poco adicta a esas aplicaciones, perdió y la herramienta más allá de mostrar el mensaje: “has perdido”, apareció una ventana con una nueva sugerencia de juego: “¿casualidad?”, obvio no. Le tienen súper “pisteados” los gustos y ¿qué creen que pasó?, entró a ‘conocer el juego’ y hoy, es su nueva obsesión.

Además de facilitar el trabajo a los analistas de mercados, que tienen todo nuestro perfil como consumidores a solo un clic, navegamos en un ciberespacio incierto en el que no tenemos control de lo que puede suceder. Contamos con varios dispositivos sincronizados entre sí donde digitamos todo acerca de nuestra vida laboral, social y familiar, sin pensar que cualquiera podría acceder a esos datos, pues ningún servidor está exento de que violen su seguridad. Por ejemplo, el caso del periodista de BBC, a quien le hackearon todas sus cuentas acabando por completo con su vida digital. Él contó con suerte y pudo contactarse con Google, Apple y Twitter para recuperar todos sus datos. Pero, ¿si me pasa a mí? o ¿a ti?, ¿podríamos recuperar nuestra vida digital?

Mi punto es que si en el mundo real nada es gratuito ni completamente seguro, ¿por qué nos creemos el cuento de que en el mundo virtual sí lo es? Estamos pagando un servicio con nuestros datos, estamos posándoles a los paparazzi virtuales para que nos violen la privacidad: ¿qué más ganancia para las empresas, que saber nuestra vida sin ni siquiera preguntárnosla?

 *Imagen tomada de Getty Images

 

Estefanía Alfaro
Community manager
Colombia Digital

 

Comentarios

1 comentario

  1. Por esta misma infracción de almacenar cookies, es que fue demandado Google por Apple ganándole la no despreciable suma de 2000 millones de dólares argumentando la violación de intimidad de sus usuarios.

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