Colombia y la paradoja de TIC y ciencia

Colombia es un país contradictorio en materia de ciencia, tecnología e innovación (C+T+I). Si se examinan los datos del gasto en C+T+I, dan ganas de llorar. Menos del 0,4% del PIB colombiano se destina a tales temas. Si suponemos que el PIB (Producto Interno Bruto) es de unos 200 mil millones de dólares, significa que gastamos menos de 800 millones de dólares en C+T+I, incluyendo esfuerzos del gobierno, los empresarios y la academia.

Hay otras formas de mirar el tema. Por ejemplo, el número de personas dedicadas a I+D (investigación y desarrollo) por cada millón de habitantes. En un país como Finlandia, de sólo 5 millones de habitantes, hay más de 7.000 personas dedicadas a I+D, es decir más de 35.000 en total. En contraste, en Colombia son 125 por cada millón, de modo que en total contamos con unos 6.000 investigadores. ¡En un país de 45 millones de habitantes! El cuento puede seguir si se miran las solicitudes de patentes, los artículos en publicaciones científicas. Nos va mal.

No obstante, las paradojas aparecen. Las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) juegan hoy en día un papel de primera línea en los procesos de investigación científica y tecnológica en el mundo. En la medida en que las TIC son, en sí mismas, herramientas que han revolucionado la forma en que gestionamos, generamos, compartimos, almacenamos, información, su rol en el desarrollo de C+T+I es imprescindible.

Lo sorprendente es que las tasas de crecimiento de la conectividad a Internet en Colombia, son las mayores de América latina y de las de primer rango en el mundo. Colombia no contaba con más de 200 mil suscriptores de Internet de banda ancha en el 2004. Hoy, como se conoce por el último informe de la Comisión de regulación de las Comunicaciones (CRC), hay más 2.7 millones de suscriptores. Según el Ministerio TIC, dado que por cada suscripción hay varios usuarios, el 44% de los colombianos tiene hoy acceso a la Red. En eso, nos está yendo bien.

Lo anterior sin contar la revolución móvil. Como se sabe, al comenzar el 2004 sólo había 6.4 millones de celulares en el mercado. Hoy son 41 millones. Entendiendo que un individuo puede contar con varios móviles, es factible considerar que hay cerca de 30 millones de usuarios diferentes que cuentan con uno al menos. Lo que en poco tiempo será una realidad a precios competitivos será el uso de internet de alta velocidad con base en las redes móviles. Todo esto nos es útil para señalar la contradicción que existe entre la baja inversión en actividades de C+T+I, por un lado, y el dramático crecimiento en conectividad que experimenta Colombia.

El proceso de apropiación de las llamadas TIC (tecnologías de la información y la comunicación), en la etapa de “Web 2.0” y de “Computación en la Nube” se irá multiplicando, con notable incidencia sobre procesos de innovación empresarial y, en general, alrededor de actividades de C+T+I. Compartir conocimiento, promover discusiones en línea, acceder a bancos de datos, son elementos indispensables a la hora de promover actividades de C+T+I.

No obstante, subsiste en Colombia una brecha regional enorme. Pocas ciudades concentran el grueso de los accesos a la Red. Es crítico, además emprender programas masivos de alfabetización digital para que actores de distintas áreas sociales y económicas puedan utilizar creativa y productivamente las TIC.

Imagen tomada del siguiente enlace:
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Rafael Orduz
Director ejecutivo
Corporación Colombia Digital
rorduz@colombiadigital.net
www.colombiadigital.net

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