Una película muda en la era del cine 3D

Antes de rendirle homenaje a una de las industrias del entretenimiento más importantes, inicia el preámbulo por una alfombra roja donde desfilan hombres y mujeres inmortalizados a través de la gran pantalla. La belleza, elegancia, moda, el glamur, estilo, los flashes de las cámaras, las sonrisas y todo lo demás son aderezos que adornan el gran evento de los Oscars.

En esta ocasión, la entrega número 84 brilló por la genialidad e innovación en la producción del evento. El avance tecnológico cautivó la puesta en escena en cada una de las presentaciones de la noche, que más allá de premiar el talento actoral y cinematográfico a nivel mundial, rindió homenaje a la evolución de un arte que hasta nuestros días sigue haciendo su magia y enamorando a los espectadores.

Quizás uno de los momentos más inolvidables de la ceremonia, fue cuando ante la multitud reunida en el ‘Hollywood and Highland Center’ (ex Teatro Kodak) se alzó una enorme partitura en el escenario a fin de homenajear a la ‘Mejor banda sonora’. Los efectos visuales además de cautivar la atención de los televidentes y el público asistente, mezclaron el arte de las imágenes en movimientos y sus sonidos. Aquella gran pieza simulaba pasar sus hojas y presentaba como si fuera una enorme pantalla de cine fragmentos de las películas nominadas en esa categoría. ¡Qué espectáculo!

Cada uno de los momentos de la noche fueron exquisitos por la delicadeza y majestuosidad con que destacaban las nominaciones, el recorrido por la historia del séptimo arte, la cultura cinematográfica de Norteamérica y Europa, la sinfonía de una orquesta musical, el elogio a cada una de las producciones. Para los interesados en esa cultura, la entrega de los Oscars, es una ventana hacia un infinito de pequeñeces y grandezas que quizás no se ven al entrar a una sala de cine. Pero que al distinguirlas en un minucioso recorrido detrás de las cámaras, es posible comprender todos y cada uno de los elementos que integran el hilo conductor cinematográfico, el cual no sería posible sin la magia de los efectos visuales, una historia conmovedora, una escenografía adecuada, una banda sonora y composición musical idónea, una fotografía impecable, unas actuaciones formidables y una película para recordar siempre.

Al menos ese fue el mensaje que dejaron las nueve películas nominadas. Todas con guiones desiguales y actuaciones atrapantes: ‘The Artist’; ‘Hugo’; ‘The Descendents’; ‘War Horse’; ‘Midnigth in Paris’; ‘The Help’; ‘Moneyball’; ‘Ni tan cerca, ni tan lejos’ y ‘The tree of live’. Sin embargo, en la era de las nuevas tecnologías la cinta que se llevó la estatuilla fue la película muda a blanco y negro, ‘The Artist’, convirtiéndose en el primer filme no anglosajón en llevarse el Oscar.

Tal vez algunas de las cualidades que la hicieron merecedora del premio, fue precisamente el homenaje a un cine que durante sus inicios proyectó el éxito de lo que sería siglos más tarde. La combinación de la música, los gestos y expresiones, el guión mudo, la carencia de color, pero la magia de una historia reivindicaron las razones por las que este tipo de cintas en los tiempos modernos son capaces de seguir dejando huellas. Una idea romántica y nostálgica del cine, un recuerdo de aquellos primeros albores.

Para algunos puede ser un sin sabor. ‘Hugo’ y ‘The tree of live’ fueron los filmes que más evidente tuvieron en sus guiones y producciones el destello y perfección de los efectos visuales. Desde la mezcla del sonido, la animación en 3D, la fotografía, hasta los detalles de la escenografía acompañaron los ingredientes que les dieron aquel toque mágico y surrealista a esas adaptaciones cinematográficas. Pero por más que sobresalieran para los espectadores, no sedujeron a la Academia de los Oscars.

Eliana Álvarez Ríos

Directora de Contenidos

Portal Web Colombia Digital

@Anaylerios

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