El cine es uno de esos artes que son difíciles de explicar, para los que no nos sentimos conocedores en estos temas, pero lo que sí no necesita de algún grado de experticia es afirmar que en la actualidad no es ninguna sorpresa la gran aceptación de las películas animadas.
Desde principios de la década de los noventas, en las pantallas de los teatros aparecieron algunas de las más exitosas cintas de este género, como la recordada El Rey León, y su inolvidable y pegajoso “Hakuna matata” donde el pequeño Simba debe luchar contra muchas dificultades para llegar a convertirse en el heredero al trono.
Pero no todas las historias del cine de animación nos cuentan tragedias, en ocasiones podemos encontrar comedia como es el caso de Shrek, la saga del ogro verde y gruñón acompañado de un simpático burro y un gato pretencioso.
Para fortuna de nuestro cine criollo, ya existen personas como Jairo Carrillo y Óscar Andrade, quienes han incursionado en el séptimo arte con un cortometraje realizado sobre los niños desplazados por la violencia en Colombia. El resultado de su obra prima es un híbrido entre documental y animación por computador, para narrar una historia dura y dramática que ha tardado siete años en ver la luz, llamada “Pequeñas voces”.
Es tal la calidad de esta película animada, que fue invitada a participar en la versión No. 67 del Festival Internacional de Cine de Venecia (Mostra Internazionale d’Arte Cinematográfica di Venezia) y estará dentro de una de las categorías que les podría brindar una gran oportunidad a Carrillo y Andrade de convertirse en los nuevos talentos del cine mundial.
Por otra parte, este trabajo que fue ganador de la convocatoria del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico de Colombia, tiene el honor de ser la primera película de animación que participa en este evento. “La hice pensando en que se convirtiera en el micrófono de los niños víctimas del conflicto. Quiero regalarla, que sea una película gratis para que todos los niños puedan verla. Son 75 minutos de duración en los que espero elevar la sensibilidad hacia estas víctimas de la guerra”, concluye su director.
Independiente de que ganen o no, lo realmente importante es demostrar a muchos de los pseudocríticos de cine, que lo colombiano no solamente implica groserías, prostitutas y narcotráfico, sino que con elementos de nuestra realidad integrados a las TIC, se pueden llevar mensajes mucho más profundos sobre las experiencias y perjuicios que trae el conflicto interno que afronta nuestra nación y del que infortunadamente las mayores víctimas son nuestros niños.
Es por eso que esta película se transforma en el mejor ejemplo de la responsabilidad social que deben tener las tecnologías de la información y la comunicación, y sobre todo en la importancia de darle un buen uso apropiándolas como un motor de búsqueda de un sociedad mucho más justa y equitativa.
Por último, los invito a ver el tráiler de esta película aquí: http://www.youtube.com/watch?v=b18r3nmTZt0 y animarse a asistir a las salas de cine para apoyar el talento colombiano que narra nuestras historias para el mundo entero.
Álvaro Rodríguez
Consultor Conexión Total
Corporación Colombia Digital
alvarorodriguez@colombiadigital.net
www.colombiadigital.net
1 comentario
Me ha parecido precioso el trailer! Y me encanta que se realicen estos productos culturales y a la vez técnicamente competitivos en el mercado internacional.
Pero vaya! que tenéis más artistas internacionales, como Alejandro Tamayo, un artista colombiano que investiga precisamente en su obra sobre la intervención de esa tecnología en la sociedad, de una forma muy crítica. Lo conocí precisamente porque ganó un proyecto en la última edición de Arte y Vida Artificial. http://www.fundacion.telefonica.com/arteytecnologia/certamen_vida/es/vida12/88bits.htm
Pero entiendo que el campo del audiovisual es más accesible que el del arte y la tecnología.
Un saludo!