Carlos, un atractivo estudiante de comunicación social, invitó a salir a Ana María, compañera de su clase de inglés. Ella aceptó gustosamente y accedió a ir a un restaurante a cenar y luego quizá, a tomar un par de cervezas. Al momento de la cita Carlos decide romper el hielo a través de una serie de preguntas que él consideró apropiadas: edad, profesión de sus padres, número de hermanos, aspiraciones profesionales, color favorito, género musical preferido, estado civil, pasado amoroso, entre otros, formaron parte de los múltiples ítems con los que él decidió acribillar a su pobre víctima en tan sólo media hora. Abrumada, Ana María decidió inventar una excusa para salir corriendo, literalmente, e irse lejos de Carlos a quien sintió como alguien invasivo y sin ningún tipo de tacto.
Así como Ana María se sintió perturbada y por qué no decirlo, asustada, por la gran cantidad de información que demandó en pocos minutos un compañero de clase al que poco conocía, lo mismo sucede con algunos internautas que llegan a un sitio estéticamente atractivo e interesante que les exige mucha información sobre sí mismos.
¿Quiere saberlo todo de sus internautas? Un consejo sencillo: no pregunte lo que usted jamás le contestaría a un extraño o a un conocido de poca confianza. Las páginas llenas de extensos y complejos formularios son cada vez menos visitadas, lo que se debe a varias razones que ningún diseñador, empresario, webmaster y/o internauta convencional debería ignorar.
Al final de cuentas el objetivo de todo sitio Web es generar conversiones, así suene un poco religioso. Ya sea que su unidad de conversión se llame clics, ventas, páginas vistas, comentarios, reproducciones, descargas, calificaciones, entre otras opciones, toda página tiene de una u otra manera, una meta que pretende lograr conjuntamente a través de su diseño, contenido y de su arquitectura de la información. Los registros y datos de clientes, son información altamente apetecida que debe ser extraída con prudencia, mesura y cautela.
Sólo por el hecho que Internet sea una herramienta más y más usada no significa que su percepción de seguridad haya aumentado. Todo lo contrario, desde los más expertos hasta los novatos se encargan de buscar diferentes maneras de protegerse de los rufianes virtuales y una de las estrategias más comunes es abstenerse de dar información que según algunos, podría ser usada con fines fraudulentos.
Por otra parte cuando alguien va a un sitio web generalmente lo hace porque tiene afán y una necesidad inmediata que subsanar en cuestión de minutos, al interponer obstáculos con formularios de más de cinco campos, muy seguramente más de uno desistirá y se irá a otro lado. Porque a diferencia de la vida real, ir de una página a otra es sencillo, rápido y sobre todo, gratis.
Un post publicado por Dan Zarella presenta un estudio en el que se realizaron diferentes tipos de formularios que tenían desde uno hasta 15 campos. Sin importar el método para llenar los formularios, las mayores tasas de conversión se presentan al usar tres campos y luego el número de usuarios decrece paulatinamente.
No caiga en la trampa facilista de obtener toda la información con tan sólo un clic o en las primeras visitas. Para usted tener lo que desea de su cliente, debe conquistarlo y seducirlo, así como Carlos debió haber hecho con Ana María en su cita para obtener algo más que una media hora de tensión e incomodidad. Ofrezca algo especial en su sitio y seguramente, obtendrá más conversiones de lo que se imagina. Piénselo de la siguiente manera: a Ana María le tomó treinta minutos huir de su cita, cerrar una página Web se demora menos de un segundo.
Agradecimientos a @macromedios por la información proporcionada para escribir este blog.
Imagen tomada de Gettyimages.
Angela Bohórquez
Asesora del Centro de Documentación
Corporación Colombia Digital
1 comentario
Gracias por la mención Angela, muy válido el artículo a veces escribir este tipo de contenidos puede ayudar para crear conciencia.