¿Cuáles son los efectos de las campañas negativas para la democracia?

Como miembro del Tanque de Pensamiento Al Centro, comparto apartes de pronunciamiento sobre los efectos de las campañas negativas para la democracia. Debemos exigirle a los líderes políticos y a sus equipos de campaña, responsabilidad. En la carrera por ganar las elecciones no pueden llevarse por delante a la ciudadania. Siempre recuerden: como se hace campaña, se gobierna.

En los últimos días, dado los resultados de las más recientes encuestas electorales en los que reflejan que la contienda electoral está empatada y apretada en distintas ciudades del país, las campañas han optado por dirigir sus estrategias hacia tácticas de campaña negativa con el riesgo de mutar a prácticas de campañas negras. El Tanque de Pensamiento Al Centro hace un llamado a los equipos de campañas y ciudadanos para que recuerden que, aunque dichas estrategias no son ilegales y se aplican en un sin número de elecciones alrededor del mundo, no en todas las sociedades provocan los mismos impactos y, por el contrario, tienen efectos muy negativos para la participación democrática al generar ambientes de apatía electoral.

Las campañas negativas no son novedad alguna, han sido usadas por más de medio siglo en distintos países, pero en América Latina, específicamente Colombia y Uruguay se resistieron a su implementación hasta hace pocos años. En 1998, se publicaron algunos spots negativos, pero fue hasta la contienda presidencial del 2010 cuando el país le abrió las puertas a esta modalidad.

A partir de ese momento, el debate de las campañas electorales gira entorno a los desaciertos de los candidatos, mas no de los temas fundamentales urgentes y asuntos programáticos para el futuro de la nación y de las regiones.

La comunicación negativa influye más sobre el votante porque para el cerebro humano es más fácil crear juicios sobre lo negativo que sobre los aspectos positivos. Las campañas negativas pesan más sobre el ánimo de los votantes generando mayores sentimientos. Adicionalmente, las primeras impresiones cuando son negativas son mucho más difíciles de redefinir. Sin embargo, a pesar del amplio grado de efectividad de las campañas negativas, estas tienen efectos peligrosos para la democracia participativa llevándonos a una reflexión ética sobre su implementación. Estos son algunos:

Más que cambiar votos, generan apatía y pueden fomenta la abstención.

La comunicación negativa de ataque directo, pretende cambiar votos pero en realidad, tiene más probabilidades de estimular la apatía y en consecuencia la abstención a participar de las elecciones por la saturación provocada por la negatividad y los escenarios de polarización. En el afán por desactivar la movilización de los seguidores del adversario, se perjudica enormemente la toma de decisiones democráticas ya que los ciudadanos evitan informarse más ni contagiarse del ambiente electoral. En un país como el nuestro, cuyo historial de elecciones está manchado por prácticas delictivas como la compra de votos y el constreñimiento al elector, contribuir al incentivo la indiferencia del voto libre y de opinión, entorpece los esfuerzos por la transformación del sistema político y electoral en Colombia.

Disminuye la posibilidad de generar consensos

Otro efecto se da al momento de gobernar, puede que quien asuma sea el candidato que lanzó los ataques negativos y no quién los recibió, pero cuando se propician ambientes negativos con violencia discursiva, sumergen a la sociedad en un pesimismo permanente muy perjudicial para la gobernabilidad ya que a futuro será muy difícil generar consensos que respalden las decisiones del ejecutivo y que permitan avanzar en proyectos decisivos para el desarrollo social y económico. Prueba de esto es nuestra actual situación, en gran medida, generada por los ambientes construidos a partir de las campañas del plebiscito por la paz y las presidenciales de 2018.

Estimulan la aparición de desinformación.

Las campañas negativas siempre corren el riesgo de convertirse en campañas negras y animan a la generación de contenidos engañosos, tergiversados, fomentando el fenómeno de las fake news, contenidos fabricados entre otros. Según “El orden de la desinformaciónglobal: inventario de la manipulación organizada por redes sociales 2019” de la Universidadde Oxford reveló que Colombia es uno de los países que manipula información a través de cybertropas.

Aumenta la violencia discursiva

La brusquedad y polémica que generan las campañas negativas terminan por envolver a los electores en estados de violencia narrativa, confrontaciones que pueden dar lugar a discursos de odio. Alertamos de dicha situación ya que como últimamente se ha visto la violencia digital está traspasando al mundo análogo.

Tiene riesgos para los propios candidatos

El efecto boomerang sucede cuando el ataque se percibe de manera contraria y crea efectos negativos contra el emisor o logra victimizar al receptor del ataque. También se puede presentar deslegitimación del liderazgo del candidato emisor de los ataque, ya que un abuso de estas estrategias puede llevar a producir la sensación de ser un candidato sin capacidad propositiva. Como ya se anotó anteriormente, también dificulta la gobernabilidad.

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