Sobre la manifestación y la sanación femenina

“Cuando visualizamos le ponemos nombre y apellido a nuestras metas, le damos una imagen, le damos vida a nuestros sueños”

Cuando ya sabemos hacia dónde vamos, cada paso empieza a tomar sentido, un objetivo tiene muchos caminos, por eso al visualizar, manifestar y pedir al universo también debemos prepararnos para el cambio, la incomodidad y el crecimiento. La evolución duele, las plantas muchas veces pierden todas sus hojas, necesitan abono nuevo, desenterrar hasta volver a florecer. Para recibir necesitamos cultivar, regar, luchar contra el clima, los elementos, los sentimientos y el movimiento.

Yo creo en Dios, confío mi vida y mi camino en él, pero nunca olvido que soy yo la responsable de la energía que llevo, esa electricidad que nos conecta y da vida. Mis acciones me representan, mis palabras, mi comportamiento y mis creencias, pero de las cosas que más me define y me llena son las personas que me rodean, las que me apoyan, corrigen, lideran y que con su sola existencia me dan propósito y motivación.

Hoy celebrando mi cumpleaños número 31, en un avión a las 3 de la mañana rumbo a Lima a coordinar mi primer evento presencial fuera de Colombia, puedo dar fé que el trabajo duro da recompensas, pero que también hay un porcentaje de suerte que nos acompaña y nos complementa. Esa energía positiva que damos o capturamos, de personas, lugares, momentos, honestidad, autenticidad, libertad. Cuando nos abrimos para recibir, el universo nos hace llegar todo lo que merecemos (no siempre lo esperado pero sí lo necesario).

En el equipo somos 4 mujeres directas y más de 5 indirectas, todas en países diferentes, amigas de hace años que me enseñaron que trabajar con gente que quieres SÍ es posible. Tengo varias clientes que también me retan, me rompen la cabeza, mujeres brillantes, unas solteras, otras casadas, con hijos o perritos, atletas, artistas pero sobretodo, testimonio que la sororidad es una necesidad.

Mujeres que inspiran

El otro día Diana (mi coach)me dijo «tu propósito en esta vida es sanar el femenino, sanar empoderando y sanar inspirando», yo por mi parte lloraba de felicidad, de ilusión, de amor, de agradecimiento, qué labor y qué responsabilidad tan inmensa me puso Dios y la vida en el camino. Desde niña ya lo sabía, en Nueva York me lo mostraron y en Colombia lo estoy ejecutando.

Natalia Jiménez Head of Expansion de Deel una de mis clientes, amiga y líder, me dijo antes de una entrevista el viernes “Lau es que no es el momento de las mujeres, es la ERA de las mujeres”, tiene toda la razón, las dos reflexionamos sobre diversas situaciones que nos han llevado al límite, a cuestionarnos, a sentirnos inseguras solo por ser mujeres, en lo laboral, en la vida en general. Me siento tan agradecida de poder tener estás conversaciones abiertamente sobre momentos retadores, que en su momento pueden cambiarte la vida, generar huellas imborrables de desigualdades o inequidades. Naty y yo somos afortunadas de trabajar en una compañía donde no hay políticas de igualdad o género, porque la equidad y la diversidad ya son parte de la rutina, en Deel no eres especial por ser mujer o ser hombre, eres especial por ser tú y ya.

Con Tati, mi mejor amiga y mi mano derecha, la situación no es diferente. Hemos vivido y recorrido un camino personal y laboral sacado de una película, con salarios de ejecutivas o de universitarias, las dos alejadas a 10 horas y aun, esa mujer que no sabe de relaciones públicas, o de esas cosas que nadie entiende, ahora comanda un equipo de 7 por una sola razón, yo confío en ella y ella aprendió a confiar en sus capacidades. ¿Sabías que más del 70% de las mujeres no aplica a un trabajo solo porque le falta un mínimo de conocimientos con respecto al cargo?, por otro lado, los hombres aplican al 70% de los trabajos para los qué no están preparados profesionalmente. 

Mi reflexión

¿Qué nos pasa?, ¿será falta de confianza?, de creer en nosotras, de miedo, de pena, de actitud. No importa ya, el punto es que si estás leyendo esto y viste el trabajo de tus sueños o quieres independizarte, renunciar, viajar, casarte o terminar con alguien que no te hace bien, piensa en que siempre puedes estar mucho mejor, ya nada puede empeorar (a menos que venga la 3ta Guerra mundial) ¡Todo puede solo mejorar! ¡confía!

Ni una bomba nuclear de Putin debería generar dudas, incertidumbre o cuestionamientos con respecto a lo que puedes lograr. Tú eres tú propia coach, tu propia cheerleader, porque nadie está contigo cuando lloras, cuando te angustias, cuando temes, cuando todo está patas arriba, ¿y qué más queda?. Yo oro, grito y lloro, pero sobre todo ahora trato de recordar el camino, los pasos, los logros, recordar que lo único que necesito para estar bien es estar viva. 

Piensa en la persona qué eres hoy y piensa en dónde estabas hace un año, que persona eras, siéntete orgullosa de cada paso, cada caída, de esa red de amigas qué te ayudaron a parar, de los errores qué te hicieron crecer. Mirar atrás es como un impulso para el futuro, para saber qué se puede mejorar, qué cada acto de amor hacia nosotras y para los demás es un pilar más para seguir creciendo. 

Llevamos milenios siendo dominadas, modificadas, limitadas, y hoy vivimos en un momento donde podemos votar, patentar, marchar, pagar, emplear, cantar, bailar, enseñar, investigar, donde podemos ser y hacer. Es un momento en el qué dejamos de estar en la sombra y pasamos a ser protagonistas.

Ante la duda NO, antes el miedo SI, lánzate, escribe, manda ese correo, aplica a ese trabajo, compra ese vuelo y termina con ese novio o ese jefe tóxico, ¿qué es lo peor que puede pasar?, tu ya sabes la respuesta antes de hacerte esta pregunta.

Las quiero y les quiero. ¡Felices 31 para mi!

Desde un avión sobre el país más lindo del mundo. LAU.


Más info, quejas o reclamos escribe a lauraforerocomunicacion@gmail.com

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