Un libro escondido en la memoria. Es probable que el crimen del ministro Rodrigo Lara Bonilla haya sido para muchos, como lo fue para mí, una aproximación al país en el que tendríamos que morir. Fue ese desayuno amargo que nos indicaba lo que vendría para el resto del día. Era el año 84 y con escasos 9 años de edad, no comprendía lo que significaba la palabra magnicidio, de hecho, creo que en el diccionario Norma que guardaba en el bolso esta palabra no estaba o a lo mejor no sabía buscarla. Eran muchas cosas a la vez para una persona de mi edad. Lo curioso es que los adultos poco dominio tenían de la situación como para poder explicarla. Hoy, tantos años después sigo haciéndome algunas preguntas tontas sobre lo ocurrido aquel día. Eso que me pasó a mí pudo haberle ocurrido a cientos de colombianos del común, de hecho le ocurrió a la propia familia del ministro Lara. «Se busco la muerte él mismo», dirían algunos adultos más aventajados del año 84. El escritor barranqueño Nahum Montt nos presenta una especie de maqueta, radiografía, un boceto de ese crimen, el de Rodrigo Lara Bonilla, ese que los medios sacaron por dónde se pudo, ese del que nos quedó en la retina la imagen más bien borrosa y triste de un verdugo que apenas me doblada en edad. Creo que no le alcanzaban los años. Presumo que no sabía cuan significativo era para nosotros los colombianos su acción criminal. Después vinieron otros igual de trascendentales y nada pasó. Pero el de Lara Bonilla no lo olvidará la generación que crecía con el rock en español de los 80. Suena horrible, pero hay que darle las gracias a Montt por perpetuar este desafortunado episodio de nuestra historia. Es una manera de despertar la inocencia de ese niño de 9 años que llevamos dentro.
__
Hay que decir que el libro fue escrito en el 2008 y que Nahum Montt nació en Barrancabermeja en 1967.