Toda historia parece tener sus propios mártires, sus temibles villanos, sus impávidas víctimas… Es como si la historia misma se encargara de escoger a los personajes para sentenciar el curso de los acontecimientos. Sin Judas probablemente la historia de Jesús no tendría ese valor que hoy le conocemos. Sin Roa, qué sería de Jorge Eliécer Gaitán. …