Espejos y reputaciones

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Juan Gabriel Vásquez nos invita a otro viaje por la Colombia de antaño, para estrellarnos de a poco con una realidad un tanto más cercana.
Una novela corta pero con una esencia de largo aliento, así podría definirse Las reputaciones (2013), en la cual este escritor colombiano plantea una lucha constante entre la conducta y el reflejo; entre lo que hacemos y lo que parecemos.
Ese es el papel que asume Javier Mallarino, un caricaturista quien vive al margen de casi todo, con tal de ser fiel a su identidad, a su creación diaria. A eso que podría ser el referente (ácido) de un país, de por sí caricaturesco.
Sin embargo, ese mundo cubierto de una fina burbuja se ve profanado por los recuerdos. Para ser exactos, es vulnerado con el recuerdo que tiene una muer acerca de una incómoda situación que parecía condenada en un baúl sin llave, pero ahí está, aparece de la nada, perturba la mente y pincha la burbuja de jabón de Mallarino.
Ahora, esta leyenda de la caricatura de Colombia, este hombre capaz de desestabilizar las esferas más altas del poder, siente como una, hasta entonces, desconocida  acaba con su mundo, envenena sus raíces inmaculadas y trastorna el orden de su vida.
Y fue su voz, eso fue, sí, una pincelada furiosa, la que empezó a zanjar esa grieta que lleva las aguas fangosas y también las diáfanas a las desembocaduras del nunca jamás. Al precipicio sin retorno. Hasta allí nos lleva Juan Gabriel Vásquez, hasta allí llegó la voz de Mallarino.
Son 140 bellas páginas con matices de obsesión con la figura que representamos y con nuestro papel en una sociedad de juguete. La misma que absorbió a Mallarino y lo marginó por querer mantenerse a raya.
Samanta Leal (la desconocida) es el reflejo del miedo que nos produce escarbar en el pasado. Revivirlo para que llegue a mortificar nuestras vidas. Así como sacudió la de Mallarino, quien creía que todo estaba consumado después de los 60, pero solo había que devolver el casette 28 años para acabar con la fantasía.
Inspirada en el caricaturista político colombiano Ricardo Rendón (1894-1931), Juan Gabriel Vásquez logra dar forma a otra pieza de colección de su camino literario, marcada en buena medida por la retrospectiva, el reverse vital, muchas veces necesario, pero siempre desequilibrante.
La opinión pública, pensó Mallarino. La caída en desgracia. ¿De dónde saldrían esas fórmulas? ¿Quién las habría inventado, quién habría sido el primero en usarlas?

 

Comentarios

1 comentario

    • Jorge Neira el 12 febrero, 2015 a las 14:19
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    Hoy conocí su blog en la página web de vanguardia.com. Soy lector desde la adolescencia y valoro la lectura como pasatiempo e instrucción personal. Me parece importante fomentar la lectura crítica, en esta sociedad que está sumiéndose en el consumismo y el facilismo de la televisión y la internet. Me surge la idea de hacer alguna clase de concursos para lectores. Felicitaciones por su blog.

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