Nos cogieron de títeres

Hace unos días el Banco de la República advirtió sobre los efectos de la polarización en la economía del país. La ex Ministra de Comercio y ahora presidente de la AmCham, María Claudia Lacouture, se refirió al tema asegurando que la situación frena la inversión en Colombia. Bruce Mac Master, el presidente de la ANDI, también es consciente del problema, y así sigue la lista.

Y sí, todos sabemos que estamos viviendo un momento agudo de polarización en el que parece que ser muy difícil tolerarnos los unos a los otros y no soportamos a quién tiene una visión distinta a la nuestra. Todos decimos que estamos cansados de la polarización, pero ¿qué estamos haciendo por pararla?

Gran parte de la responsabilidad es de unos pocos con capacidad de influir, con capacidad de construir, pero que han elegido otro camino, el fácil. Me pregunto si a los líderes les quedará algo de sensatez y de vergüenza que les impida seguir llevándose al país por delante mientras logran sus cometidos. Los políticos tienen la misión de servir a la gente y lo que hicieron fue ponernos a su servicio. Las redes sociales, que son la nueva plaza pública, le dieron micrófono a los más hábiles, pero no precisamente a los más inteligentes y mucho menos a los más responsables. Fuimos llevados a un enfrentamiento diario motivado por un puñado de gente que claramente no piensa en nosotros sino en ellos, en cómo pueden seguir creciendo políticamente, en cómo capitalizar más votos, en cómo llegar al puesto que quieren, en cómo tener más poder.

Del tweet al hecho hay mucho trecho. Los líderes de todos los sectores descubrieron en la indignación la fórmula del crecimiento de su audiencia, pero hasta ahí. Más allá de los discursos de odio que disciplinadamente han dado no han hecho nada por cambiar el rumbo de las cosas. 

Los jóvenes, llamados a romper las tradiciones, ahora se hacen llamar activistas para disfrazar la forma en que hacen campaña política, porque la verdad es que la mayoría terminará aspirando a algún cargo de elección popular. Nos incendian a punta de HT que sí generan opinión, pero que no tocan la realidad. La prueba es que el fiscal, Néstor Humberto Martínez, dejó su cargo como parte de una jugada política más y no como el resultado de la presión de una causa. La otra gran cruzada fue contra un banquero, pero según Supersociedades, las ganancias de los bancos subieron 40,9% en un año y superaron $2,7 billones, en sólo el primer trimestre del 2019, los bancos nacionales crecieron 39% frente al mismo periodo del año anterior. No hicieron nada más que generar incertidumbre y satanizar un personaje. Respeten a quienes por años han abanderado verdaderas causas, quienes se la han luchado con las uñas sin esperar protagonismo a cambio.

Nos cogieron de títeres y nosotros nos dejamos. La irresponsabilidad de unos cuantos nos llevaron a dividirnos y nos pusieron en orillas distintas. Nos dejamos llenar la cabeza con palabras que nos mueven el estómago pero que al final ni siquiera sabemos qué tanta rigurosidad y verdad hay en sus afirmaciones. 

Metámosle autocrítica, seriedad y lógica al asunto. No nos dejemos llevar ni dividir. No hay buenos o malos, y en cambio sí pidamosles y detengamos a todos esos que quieren sacar partida mientras nos mueven la indignación. Necesitamos a alguien que pueda liderar y recoger lo bueno de cada lado y nos una. Alguien que deje de actuar por venganza o por resentimientos, alguien que nos lleve a otro nivel el debate, a lo realmente importante, a lo sensato. 

Si no les seguimos el juego tendrán que parar porque NO les será popular. Ya nos dividieron como sociedad, la economía nos la van a fregar, ¿qué más les vamos a dejar?

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