Cuando el velcro ya no pega

Por más que lo intentes debes aceptar que ya ese velcro dejó de pegar.

Para terminar se necesita mucho odio o en algunos casos mucho amor. Después de múltiples intentos por mantener el bote a flote las energías se acabaron y las ganas también.

Hace poco salí a caminar con mi amiga Tita y estabamos hablando del amor, de lo difícil que es tomar decisiones drásticas (al menos para mí) y ella muy dulce, tratando de entender mi retahíla de sentimientos con y sin sentido, me preguntó: ¿pero tú cómo te sientes? respiré un momento, pensé un poco y le dije: como cuando el velcro ya no pega.

No sé si tuvieron alguna vez una de esas billeteras de adolescente sin mucha plata, pero con muchos papeles, tarjetas, cartas y otras cosas invaluables, recuerdo que cuando estaba en bachillerato tuve una y cuando el velcro dejó de pegar no había nada en este mundo que lo hiciera funcionar.

En ese preciso segundo que mi amiga me preguntó cómo me sentía en mi relación, volví 14 años atrás y me sentí como cuando intentas pegar el velcro, lo presionas, lo sueltas, lo vuelves a pegar, pero siempre al final se despega.

Así anduve yo por varios meses, aunque no estoy segura si fueron seis o doce, al final solo era tiempo; tiempo de espera, de incertidumbre, de intentos, de momentos bonitos y efímeros, de momentos malos y presentes extraños.

Aunque considero que él y yo somos buenas personas, buenos profesionales, con familias unidas, que hemos viajado bastante, tenemos gustos parecidos, a pesar de que él no baila y yo bailo mucho, yo hablo mucho y él es silencioso, al final solo nos enamoramos, él de mi loca energía y yo de su tranquila personalidad.

Por eso cuando el velcro dejó de pegar no lo acepté, me sentía como cuando a pesar de tener la plata para una billetera nueva, quería seguir intentando arreglarla. No quieres una más moderna o bonita, simplemente quieres la misma billetera.

Esa era yo, quería lo mismo y estaba decidida a pegar ese velcro, y mis queridos lectores, no espero que me juzguen porque si bien no han querido hacer posible una pareja a como dé lugar, seguro que sí han querido hacer posible un trabajo, un nuevo reto, una receta incocinable o un sueño por el que vale la pena luchar. Nos pegamos el velcro hasta que nosotros mismos los despegamos.

Así pasó un tiempo largo, lento, a veces feliz, a veces no tanto, en el que él y yo decíamos (sin decirlo) «HOY ES EL DÍA DE PEGAR POR FIN ESE VELCRO» y no, ese día justo la tela que hace que se adhiera no quería pegar. Con un poco de frustración acumulada, hice maleta y tomé la decisión de dar el primer paso.

Tenía dos opciones, o me quedaba con el velcro que algunos días pega y otros no, o compraba billetera nueva. Para mi sorpresa, un día entendí que ese velcro no iba a pegar más, que el amor no hace pegar nada, la fuerza y la motivación sí, pero no es una cura mágica, así que en vez de comprar billetera o cambiar de velcro, decidí NO TENER BILLETERA.

Si tienes una historia escríbeme y la escribimos juntas. lauraforerocomunicacion@gmail.com

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3 comentarios

    • Daniel Forero Quintanilla el 4 noviembre, 2019 a las 9:19 pm
    • Responder

    El amor es condición necesaria pero no suficiente para tener relaciones sanas y sostenibles. Todo nace ,crece se reproduce( no en todos los casos) y muere .Las lecciones aprendidas son fundamentales para futuros y exitosos procesos.La rueda del la vida sigue y seguimos en ella.

    • Nabila el 5 noviembre, 2019 a las 1:57 pm
    • Responder

    Me encantó !!!

  1. I am regular reader, how are you everybody?

    This piece of writing posted at this site is truly
    pleasant.

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