Ciudades shopping

Tomado de: elactivista.espivblogs.net (2013), Navidad y consumo, la cara despiadada del consumismo.

“El espacio público educa. Hoy, que el centro comercial sea de los principales espacios “públicos” de recreación, quiere decir que estamos siendo educados para el consumo. Cuando el espacio público sea la sombra de un árbol entonces estaremos siendo educados para la preservación” Miguel Treviño

 Partamos de un hecho cotidiano: vivimos en una ciudad intermedia como Bucaramanga, un familiar nuestro la visita por primera vez y desea conocerla. Como buenos anfitriones nos hacemos cargo de esta tarea y empezamos a pensar en los lugares representativos y en espacios de ocio e interés que hagan que esta persona se lleve la mejor imagen de nuestra ciudad. Lo más seguro es que nuestra primera sensación sea de incertidumbre sobre estos lugares, y terminemos caminando en los pasillos de un centro comercial o en municipios aledaños.

Tomado de: arquidiocesisdebucaramanga.com (2017), Catedral de la Sagrada Familia, Bucaramanga, Santander.

A pesar de que la ciudad tiene múltiples conceptos válidos, se puede entender como un asentamiento humano con una alta densidad poblacional. En dicha aglomeración convergen dos componentes fundamentales: el medio físico (edificios, vías, parques, plazas etc.) y los actores de dicho medio (ciudadanos). Estos dos componentes se relacionan dinámicamente y se encargan de definir el espacio urbano así como las actividades que allí se llevan a cabo, entre ellas, el comercio.

A lo largo de la historia, las ciudades y el comercio han tenido una relación estrecha en demasía. La actividad comercial fue determinante y se tornó en un punto de partida de la fundación de muchas ciudades que hoy conocemos. Un simple cruce de caminos creaba un punto de intercambio que se consolidaba como un mercado y daba inicio a un asentamiento, o una bahía resguardada en una costa daba lugar a un puerto que asimismo generaba un intercambio de bienes y materias primas promoviendo el nacimiento de una ciudad.

Tomado de: mihistoriauniversal.com, El comercio en la edad media.

Actualmente con el crecimiento de las ciudades, el comercio juega un papel preponderante en su desarrollo . Se puede decir que no existe ciudad sin una población residente y estable que garantiza la presencia comercial, creando un vínculo de ida y vuelta entre sí. Pero si bien esta conexión es determinante urbanísticamente hablando, no es la única. Esta relación ciudad-comercio se ha tornado dominante -colonizadora si se quiere- pasando de ser una variable urbana a ser la única forma subsistente de actividad pública y su avance invasivo se hace parecer natural e inevitable.

Las ciudades tienen el riesgo de convertirse en grandes hipermercados y los ciudadanos en netos consumidores. En la era de la información estamos permanentemente expuestos a la publicidad que nos incita a comprar artículos que no necesitamos, y que nos inyectan una idea de felicidad cien por ciento dependiente de la cantidad de productos que podamos adquirir. Este modelo de vida impuesto produce un inevitable derroche de recursos que, hoy por hoy, amenaza la subsistencia de nuestra raza en el planeta.

Ph: Brian Digital, Tomado de: plataformaurbana.cl (2014), 7 claves para tener ciudades enfocadas en peatones. Time square, New York.

Por su parte, se nos ha olvidado que los ciudadanos no nacemos sino que nos creamos en el ámbito del espacio público. “La plaza es a la vez lugar de encuentro y de socialización, de intercambio diario y diverso. El comercio como uno de los fundamentos de la ciudadanía no es simplemente el aprovisionamiento de bienes de consumo cotidiano. Es también animación del espacio público, creación de momentos y lugares relacionales y una forma significativa de marcar diferencialmente el territorio. El comercio da un perfil propio a la calle y al barrio” afirma Jordi Borja, reconocido urbanista español.

No obstante, no se trata de demonizar los centros comerciales. Ellos hacen parte de la estructura urbana y son una alternativa válida del componente comercial que encontramos los ciudadanos para suplir nuestras necesidades de consumo; han comprendido el comportamiento consumista de los ciudadanos y con base en ello, han establecido estrategias para mejorar su desempeño mercantil. Lo que se debe replantear desde la planificación urbana, es que los centros comerciales no deben ser los únicos espacios disponibles en las ciudades para el comercio y el esparcimiento. Parques, bibliotecas, centros deportivos, museos, calles peatonales, jardines botánicos etc., se deben convertir también en lugares alternativos para la distracción.

Tomado de: economiasolidaria.org (2018), Blackfriday: ideología del apocalipsis consumista. Inundaciones en la ciudad de Venecia.

Si retornamos a Bucaramanga encontramos una responsabilidad compartida. Si bien la ciudadanía no encuentra espacios públicos que sean atractivos para pasar el tiempo libre o que hagan parte de la identidad de la ciudad, es preciso también modificar los patrones de comportamiento de nosotros mismos para generar un nuevo punto de equilibrio. Debemos salirnos del estereotipo impuesto que consiste en vincular indefectiblemente el consumismo con la recreación y el ocio y buscar otras alternativas de entretenimiento que nutran nuestra integridad. De esta manera comprender que las calles son el lugar central de la vida pública y que como afirma el teórico inglés David Harvey: “El capitalismo puede construir ciudades, pero no puede mantenerlas”.

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