En tiempos de COVID-19

La humanidad a lo largo de su historia ha sufrido una serie de sucesos que la han amenazado con el cambio de su andar habitual, un ejemplo válido de esto (por mencionar solo algún caso), puede ser al recordar en el siglo pasado, la organización del mundo en una asamblea permanente para discutir los temas de mayor transcendencia global (La ONU), después de la segunda guerra mundial, y aunque puede abrirse el debate de esta organización, de su importancia y de su veracidad, dichos argumentos no aplican en este espacio.

Para citar otro de los ejemplos, es necesario remitirnos a la década de los sesenta, donde un virus aparece como por artilugio de magia en el continentemente africano, momento en que dicha región era aún colonia de las grandes monarquías europeas y por tal razón trascurrió sin trascendencia, hasta una década después en que se empezó a hablar de este, dado que su impacto repercutió hasta el viejo continente. Este virus era relacionado inicialmente con la religión, aseverándose que era castigo divino por realizar actos impuros, también se relacionaba con categorías como “sucio” y “manchado”… El VIH cambió la forma de amar y después de su paso, nada fue igual.

Es así como hoy el mundo, que ahora es liquido (recordando lo impermanente de todo según Bauman) ha sufrido un sobresalto considerado casi antinatural frente a los parámetros establecidos por el sistema, donde la obstaculización de las actividades a nivel global tambalean abruptamente las economías nacionales y la economía mundial, y el factor que ha puesto de rodillas los diferentes sistemas económicos es la pandemia ocasionada por el Covid-19, enfermedad infecciosa producida por una clase de coronavirus que vió la luz en el 2019.

Se debe clarificar el concepto de pandemia para comprender el impacto que ha generado, por tal lo definiremos mediante las siguientes características según Morens, Folkers & Fauci (2009):

*Cubre amplia extensión geográfica: este tipo de enfermedades abarcan grandes superficies geográficas por el ejemplo el ebola  y la peste negra.

*Alto movimiento de la enfermedad: la propagación de la afección se puede rastrear de un lugar a otro, generalmente la difusión se realiza de persona a persona por ejemplo la transmisión del SARS (otra clase de coronavirus).

*Altas tasas de ataque o explosividad: estas enfermedades tienden  a exhibir no solo altas tasas de ataque sino también una propagación «explosiva», es decir, múltiples casos que aparecen en poco tiempo y enfermedades altamente contagiosas en períodos cortos de incubación como por ejemplo, el cólera en 1831-1832 y la influenza en muchas ocasiones.

*Novedad: generalmente este tipo de enfermedades son nuevas o asociadas a variantes de un virus ya existente, el Covid-19 es un claro ejemplo de esto. Es necesario ser claro en que las pandemias habitualmente son  cíclicas, es decir desaparecen y vuelven aparecer debido a mutaciones de cepas del virus original.

*Infecciosidad: estas enfermedades crean un daño parcial o total en el organismo al que atacan, aunque el tiempo de incubación puede variar. Existen algunos casos donde la afección tiene periodos de incubación largos como el VIH y otros donde el tiempo es corto o inmediato.

*Gravedad: se aplica a enfermedades graves o mortales aunque también el concepto de pandemia se ha usado a enfermedades como la sarna que no representan un riesgo inminente a la vida, en la actualidad el término se asocia al primer tipo expuesto.

Por lo que el Covid-19 encaja en cada una de estas características expuestas con anterioridad… ¿Pero que hace tan aterrador esta pandemia a diferencia de las otras que nos han atacado en el presente siglo?

Como dato informativo hemos sido atacados por 6 pandemias las cuales son:

*SARS 2003

*H5N1 2005

*H1N1 2009-2010

*Ebola 2014

*MERS-Cov 2012-2015

*Zika 2014

El índice oficial de mortalidad del Covid-19 según la OMS es del 2% al 4%, (porcentaje abolido en países como Italia, España e Irán que se encuentran por encima del 6%), de igual manera cabe resaltar que este es un dato promedio,  ya que varía dado el rango de edad que ataca, pero este porcentaje de mortalidad  está muy por debajo de cifras estadísticas de otras pandemias como el ebola y el H1N1, aunque existe otra variable por considerar: el impacto mediático presente ha sido mayor que en estas. ¿Por qué? La razón que lo explica es el índice de contagio y el medio de propagación. A pesar de no contar con datos oficiales respecto a este punto, se ha llegado a un conceso en el ámbito científico que establece un 80% de contagio, lo que quiere decir que de 10 personas que posiblemente se exponen  al virus 8 estarán contagiadas. Junto a esto, el medio de propagación es el aire, que está determinado implícitamente con su duración: el virus tiene un tiempo vida en superficies inorgánicas de mínimo 3 horas, tiempo que es variable, de acuerdo a la superficie donde permanezca. Otro factor diferenciador es la característica de asintomático para algunas personas, sin que esto no implique que no pueda ser trasmitido.

Es así como todo este escenario caótico y lleno de incertidumbre ha abierto espacios para múltiples hipótesis frente al origen de la pandemia, al comportamiento en determinados lugares como el trópico (su lapso de vida disminuye en dicho lugar), y posibles curas… Pero no dejan de ser hipótesis, aun no probadas ni confirmadas, por lo que frente a este terrible panorama que no resulta nada alentador se suma el debacle económico que se avecina en varios países que no tienen la capacidad socioeconómica para soportarlo, como por ejemplo Colombia debido a que presenta una serie de deficiencias en políticas públicas: un defectuoso sistema de salud, una alta tasa de informalidad y desempleo, una economía que depende de las importaciones de materias primas que se facturan en dólares y otros elementos que dejan a la región limitada al aceptar las medidas de cuarentena.

Y para dejar puerta a la esperanza, también es importante referenciar las políticas a flote de algunos países, que tienen la  bandera de la solidaridad y de la hermandad de los pueblos, políticas nubadas por medidas irrisorias en este momento… Si recordáramos la doctrina del Shock (la expuesta por Naomi Klein), los pueblos en estado catatónico aceptan medidas que no serían aceptadas en ningún otro escenario, como por ejemplo la orden de captura expuesta a Nicolás Maduro el día de hoy por el gobierno Norteamericano, que pareciese más una sátira frente a la situación actual del mundo, atizonando campanas de guerra, escenario totalmente ilógico, aunado a un establecimiento de recompensas, dado que no es un prófugo y la única consecuencia de esta posición es la desestabilización en tiempos donde todo se cae a pedazos.

Solo se espera firmemente que el gobierno colombiano tome una postura contundente en esta crisis sin caer en provocaciones de gobiernos extranjeros que se degustan en campanas de guerra, extrayendo recursos naturales con una banal y engañosa bandera de libertad. La solución a esta crisis que aún se está gestando requiere de una gobernabilidad impecable y de unión entre países donde lo que debe primar es el resguardo de la vida.

PD: Rememorando la anterior entrada, que hizo alusión a Bolivia, el 27 de febrero del 2020 se publicó un artículo en The Washington Post donde se manifestó que no existe ninguna razón para sospechar del fraude en las elecciones de Bolivia, que paradójico que la OEA  tome partido directo para desestabilizar un país pero guarde un silencio cómplice frente a estas nuevas pruebas. Las elecciones que se esperaban para mayo de este año han sido aplazadas frente a los hechos actuales, por ello Bolivia seguirá dirigido por un gobierno autoritario respaldado por casi todos los países latinoamericanos.

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