“UBICATE”

UBICATE

En el año 2.007 asistimos a las urnas con el ánimo de elegir a quien consideramos sería el encargado de concentrarse en regir nuestros destinos y dados los alcances y magnitud de sus programas de gobierno, optamos por quienes desde el 1° de enero del 2.008 están al frente en los 2 palacios del parque García Rovira. Hoy hay conciencia de que muchas cosas siguen en su sitio y alguna en el estado en que fueron recibidas .Lo cual traduce, nada de nada, puro bla blá blá o literalmente los habituales componentes de un nido.

Sin embargo se dejan escuchar posiciones que resumen la desintegración de nuestra geografía política, al oír pretensiones como la de crear el departamento del Magdalena Medio echando mano de los municipios comprendidos en esa zona y provincia de Mares, opciones que abarcarían más de la mitad de los 87 municipios del departamento, dejándonos como lo que antes denominaban intendencias o comisarías.

Para los bumangueses el sinsabor y consideración como idea descabellada y considerada por miembros del staff del alcalde como “opción para mejorar la sostenibilidad de la región enmarcada dentro del concepto ciudad-región”. Nos preocupa la pérdida del norte de quienes contando con el aval para gobernar 4 años , ya piensan en la creación de una ciudad-departamento cuando la consolidación del área metropolitana aún es una utopía, pues sus poderes ejecutivos y legislativos de solo pensar en que sus feudos deben compartir recursos y poder en un solo ente, qué pensarán los 24 que saldrían afectados y sus pobladores, pues legalmente se debe enmarcar la idea ,pues seguramente ninguno querrá que le pisen su manguera es decir ¿quién mandará a quién?.

Estaremos pensando en solucionar problemas de movilidad, invasión del espacio público y vías de Pinchote, Aguadas y Coromoro cuando localmente está quedando descomunalmente grande su solución en Bucaramanga.

Parodiando a muchos que folclóricamente hablan de solucionar los problemas del país declarándole al mejor estilo bolivariano la guerra al imperio rindiéndonos a los quince minutos, porqué mejor no pensamos en formar parte del Distrito capital para dar vía libre a la ciudad-nación. Ya se han pronunciado los gremios sugiriendo que primero es lo primero y para ello se exige imperativamente al gobierno local, “UBICATE”

Raymundo Vanegas Torres

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    • Alvaro Castilla Ramirez el 23 febrero, 2009 a las 9:00
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    Esquemas Mentales y Desarrollo Regional
    Por estos días se ha abierto nuevamente el debate sobre la conveniencia de integrar el área metropolitana de Bucaramanga en el denominado Distrito Metropolitano. No hay que ser un experto en desarrollo regional ni urbano para ver los beneficios de una iniciativa de este tipo. Sin embargo, una cosa es lo obvio y otra es la forma como los políticos y la clase dirigente de Santander ven y hacen las cosas.
    Para Bucaramanga, como ciudad pequeña, su única posibilidad de generar un desarrollo sostenible, está en su capacidad para convertirse en un nodo de acceso a la red de interdependencia económica, que es la única forma en que millones de regiones en el mundo podrán acceder a los mercados globales. Para entender mejor este concepto, es necesario analizar con detenimiento como la revolución de la información ha generado redes de conocimiento que están constituidas por componentes económicos, culturales, educativos y sociales. Estas redes hoy en día están compuestas por comunidades geográficas del primer mundo que comparten el intercambio de información en forma de bienes, servicios, procesos culturales y sociales de alto valor agregado. Esta interdependencia es la que esta moldeando nuevas formas de desarrollo y situaciones como la crisis económica actual, el problema ambiental y muchas otras más, son solo parte de los cambios estructurales que se están gestando como consecuencia del surgimiento de un nuevo tipo de sociedad.
    Estas redes, cada vez más van a trascender barreras y esquemas anticuados basados en conceptos de territorialidad como ciudad, departamento e incluso país. Su propia dinámica, basada no solo en el intercambio de conocimiento, sino en la convergencia del mismo, exigen nuevos paradigmas sobre administración, justicia, bienestar, desarrollo, gobierno y educación entre otros. Por esta razón si queremos acceder a esta gran red y encontrar las oportunidades que allí se encuentran, necesitamos estructuras mentales nuevas, sustentadas en la flexibilidad y adaptabilidad al cambio; que a su vez podamos traducir en esquemas mentales de desarrollo y liderazgo basados en la misma flexibilidad y adaptabilidad como única posibilidad de generar el tipo de competitividad que requerimos para poder interactuar en el nuevo mundo que está tomando forma.
    Desde esta perspectiva, lo mínimo que puede hacer una ciudad como Bucaramanga, que tiene problemas estructurales graves para poder competir, como son entre otros la falta de infraestructura en comunicaciones terrestres, la desigualdad social y la falta de un liderazgo comprometido con el “ser regional”, para solo mencionar algunos, es empezar a racionalizar sus exiguos recursos y mejorar su gestión pública.
    Como justificar en una región tan pequeña una infraestructura de gobierno tan ineficiente, en donde existen 4 alcaldías, 4 direcciones de transito, 4 secretarias de salud, etc. Esta estructura solo sirve al propósito de unos políticos con una voraz visión feudal. En una reciente declaración los mandatarios locales de los tres municipios aledaños a Bucaramanga, expresaron que la propuesta de un Distrito Metropolitano lesionaba la autonomía municipal, cuando la realidad, que todos conocemos, es que están protegiendo su feudo político y los privilegios que les da tener acceso a los recursos públicos.
    Pero el problema va más allá, el alcalde de Bucaramanga, tratando de vender un liderazgo que no tiene, plantea ampliar el área metropolitana a 24 municipios. El problema no es el planteamiento, sino quien lo puede ejecutar y ahí la ciudad tiene otro problema, el liderazgo.
    ¿Cuántos expertos en desarrollo regional, urbano, cultura ciudadana, desarrollo sostenible, inclusión económica, gestión socio-ambiental tiene en su equipo de gobierno el actual mandatario de los bumangueses? Estas son preguntas que inquietan, pero la pasividad ciudadana parece no tener límites ante un gobernante que ni siquiera ha sido capaz de limpiar la ciudad.
    Por otro lado, en el ámbito departamental, contamos con una dirigencia política que no aguanta la medición de ningún indicador de gestión. Cuantos años llevan siendo figuras públicas los políticos regionales, cuantos años en el Senado, la Cámara, en ministerios, en el actuar político y solo por mencionar un tema vital para la región, Santander está aislado del resto del país en materia de infraestructura vial.
    ¿Cuál es el compromiso y solidaridad de la clase dirigente con el problema de la pobreza y falta de oportunidades de los ciudadanos? La respuesta siempre es la misma, acciones deficientes basadas en procesos de gobierno anacrónicos, que solamente llevan a un inadecuado manejo de los recursos oficiales. Ejemplos sobran y siempre volvemos al mismo punto, despilfarro de recursos, corrupción con un enorme costo social. La acción de los gobernantes poco le ha servido durante los últimos 25 años a la región, la función de gobernar se convirtió en un accionar para el beneficio de unos pocos y lo que es más grave con la complicidad ya sea por acción u omisión de toda la sociedad.
    Los retos para crear y desarrollar esquemas de ciudad-región van más allá de simples fachadas y enunciados para vender una gestión que no existe. Pero a pesar de todo, como nunca, las oportunidades existen; solamente es necesario lograr:
    Una urgente renovación de los líderes políticos de la región. Requerimos una nueva generación de políticos comprometidos con el desarrollo, no de espaldas a la complejidad de los problemas que tenemos que enfrentar.
    Una nueva generación de líderes empresariales, gremiales, cívicos con altas formaciones académicas en temas vitales para nuestro desarrollo. Debemos cambiar la visión actual, esta ya no sirve, el mundo funciona desde hace 20 años de forma diferente. Nuevos paradigmas sociales, impulsados por una revolución tecnológica han aterrizado en nuestro medio, pero todavía no los entendemos.
    El temple, el ser aguerrido, la honestidad y la nobleza son partes del ser santandereano y es el momento para recuperarlos y para ello debemos generar un proyecto educativo de largo plazo, propio, que se pueda articular con los lineamientos generales del proceso educativo, pero que vaya más allá del simple formalismo de este proceso.
    En Colombia hemos visto ejemplos en ciudades como Bogotá, Medellín e incluso Barranquilla, que han logrado resolver o minimizar problemas que parecían insolubles, pero solo cuando la sociedad ha sabido elegir a sus dirigentes. Será que Bucaramanga no es capaz de romper la trampa que nos han puesto los políticos de siempre, la pregunta queda planteada.

    Alvaro Castilla Ramirez

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