La discusión que hoy se da en torno a esta obra de carácter prioritario para el área metropolitana nos invita a razonar sobre aspectos que van más allá de su viabilidad en materia de diseño. De la combinación de criterios expuestos debemos abrir los ojos más que a una solución a la agilidad para movilización se debe pensar a largo plazo.
La saturación en la meseta que nos obliga a pensar, hacia donde se desarrollará la ciudad. Ya hemos visto como se vienen levantando proyectos habitacionales y comerciales hacia el sur es decir entre Cañaveral y Piedecuesta habiéndose copado grandes extensiones sobre la mal llamada autopista a Floridablanca en los cuales por ausencia de planeación no se dejó terrenos destinados para futuras ampliaciones viales, lo que ha generado nuevos sitios de congestión como el paradero de buses en Carrefour del bosque.
En el municipio de Piedecuesta se está desarrollando el megaproyecto de VIS de Pientá que contempla 10.000 nuevas viviendas, estando pendiente para Floridablanca y Piedecuesta su participación en el ofrecido por el gobierno nacional de 100.000 nuevas soluciones de vivienda, el cual no ha tenido la acogida esperada pues los exagerados costos para llevar servicios domiciliarios como agua, energía eléctrica y gas parece que costarán 2 o 3 veces más que las viviendas mismas, quedando pendiente la construcción de vías, escuelas y parques, costos no contemplados en los actuales presupuestos de los municipios en caso de decidirse a beneficiarse del programa.
Estos futuros desarrollos generarán un aporte mínimo de dos vehículos en promedio entre motos y automóviles por unidad de vivienda y una considerable cantidad de vehículos de servicio público para movilizar a los 5 habitantes que en promedio conforman las familias en Colombia. Desde el sur esas cifras se volcarán a las vías de la ciudad accesando por el mismo lugar incrementado en un carril más, lo que obliga a pensar en terceros carriles sobre las carreras 15,27 y 33 que serían las mayor afectadas.
La continuidad del viaducto de la novena hacia El Diamante y Provenza, pasando sobre la vía a Girón por el sector de Coca Cola debe contemplarse dentro de una solución integral al problema futuro que crecerá como bola de nieve.
Pensando así los dineros hoy presupuestados no alcanzarán, obligando a desarrollos que como el hasta hoy visualizado no constituyan solución a corto plazo.
La isla de Manhattan conecta con poblaciones de Nueva Jersey y los aeropuertos de La Guardia y Kennedy y Long Island con sendos puentes de 3 carriles en cada sentido los cuales se sostienen con peajes que con mecanismos de pago electrónicos agilizan el tráfico.
Por el sistema de concesiones se puede invitar a firmas nacionales o extranjeras para que se hagan cargo de estos desarrollos que obligan a dotar a cada vehículo que utilice estas vías de un sensor electrónico que se recarga como hoy se hace con el sistema Metrolinea con cifras de dinero que en la medida que cruzan por los nuevos accesos van descargando los valores fijados del monto cargado en el dispositivo o directamente de una cuenta bancaria o tarjeta de crédito. Aparentemente es una solución idealista, pero que ya opera exitosamente en otras latitudes y nuestra ciudad puede ser pionera si queremos una solución real y económicamente viable.
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1 comentario
Muy interesante y donde quedan los impuestos de rodamiento, el de la gasolina, y los que no recuerdo. Que son los que se crearon supuestamente para mantenimiento y creacion de vias?