Buscando un amigo para el fin del mundo

En estos días de cuarentena obligatoria, encerrados en casa escuchando las noticias sobre la expansión mundial del llamado ¡Coronavirus! he vuelto a ver por televisión películas apocalípticas que nos muestran las razones por las cuales se podría devastar la humanidad. Hay algunas profundas o dramáticas que bien vale la pena destacar, como The Road (La carretera, 2009) con Viggo Mortensen o Los hijos del hombre (2006) de Alfonso Cuarón , pero no voy a hablar de ellas sino de una que plantea la siguiente situación que considero importante: con quién compartir los últimos momentos si es inevitable el final.

La película se llama Buscando un amigo para el fin del mundo (2012) de la directora Lorene Scafaria, en la cual un asteroide se va a estrellar contra el planeta Tierra y no hay nada que hacer. A la humanidad le quedan escasas semanas antes del choque fatal y nuestro protagonista Dodge interpretado por Steve Carell no tiene con quien pasar esos momentos, pues su mujer lo abandonó y la relación con su padre no es la mejor.

Dodge no tiene la misión de salvar el mundo, ni ponerle una bomba al asteroide, ni pilotear una nave para escapar con los elegidos de perpetuar la especie, su pensamiento es, considero yo, el de la mayoría de la gente: encontrar en alguien más un refugio de solidaridad, confianza y afecto.

Pienso en la situación de millones de personas en el mundo que pasan estos días en cuarentena por culpa del COVID-19 ¿Con quién están encerrados en estos momentos? ¿Cómo es su convivencia? ¿Les gusta el lugar donde viven?

Keira Knightley como Peny y Steve Carrell como Dodge

En Melancolía (2012) la película de Lars Von Trier, el fin del mundo sorprende a una familia en medio del matrimonio de Justine interpretada por Kristen Dunts y esa situación altera, por supuesto, la ya deteriorada relación entre los diferentes miembros de la familia hasta llevar a varios de ellos a la histeria.

Es decir, las familias no son necesariamente prendas de garantía para una sana convivencia en encierro. Ahora bien, cuántos escogerían quedarse sólos en una eventualidad como la que estamos viviendo; no, quienes por estar fuera del país o con el virus les halla tocado, sino por voluntad propia.

Ahí es cuando valoramos la complicidad, el trabajo en equipo, la compatibilidad y la solidaridad, que no son fácil de encontrar y mantenerlas después de varias semanas sin salir.

El protagonista de En busca de un amigo para el fin del mundo, emprende su búsqueda acompañado de una joven y emotiva vecina quien tampoco sabe para dónde coger. Tienen pocas cosas en común y sin embargo, hay algo que es probable que los una, la empatía; entendida como la capacidad para ponerse en los zapatos de los demás.

En The Road, las condición humana ha caído tan bajo por una hecatombe, que un padre pierde toda empatía con la gente por defender a su hijo y aunque éste le agradece su protección, es la actitud solidaria del pequeño la que deja un pequeño rastro de esperanza en la humanidad.

¿ Cómo están compartiendo en cuarentena, se los han aguantado o son ustedes quienes desean buscar un amigo para pasar el fin del mundo?

Comentarios

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1 comentario

    • Carlos jurado el 10 abril, 2020 a las 12:12
    • Responder

    Es una película muy interesante, la recomiendo mucho.

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