¿Quiénes son los «giles»?

«Gil» es una palabra que se utiliza en varios países latinoamericanos para referirse a personas bobas, inocentes o incautas. Muchos de los que acatan las normas, que además son honrados, éticos, nobles y cordiales también pueden ser clasificados como «giles». Lo opuesto son quienes se consideran vivos, avispados, con ‘malicia indígena’ o hábiles para los negocios. Sin embargo, lo que no saben los ‘astutos’ es que los que llaman giles tienen la cualidad, que sin importar lo difícil que sea la situación no bajan los brazos, así les hayan robado todos los ahorros de su vida como les sucedió a los protagonistas de la película, La odisea de los giles.

Ricardo Darín, Luis Brandoni, Rita Cortese, Chino Darín, Verónica Llinás y Daniel Aráoz, protagonistas de La odisea de los giles

La historia transcurre en una pequeña población que está a punto de sentir en carne propia la crisis que vivió Argentina llamada el «corralito», durante la cual los bancos congelaron las cuentas de los ahorradores a finales del siglo XX , creando el mayor pánico de su historia. Nuestro puñado de «giles» acaban de depositar varios dólares que habían reunido para crear una cooperativa y de un día para otro se quedaron sin nada. Lo bueno es que como en pueblo pequeño todo se sabe, ellos se enteran que su plata, física, fue a parar a donde un vivo abogado llamado Manzi interpretado por el actor colombiano Andrés Parra.

A partir de allí asistiremos a una entretenida, sufrida y por momentos épica aventura. Algo así como ver una película de súper héroes comunes y corrientes enfrentando por fuera de la ley a los malos. La trama basada en el libro La noche de Usina, de Eduardo Sacheri, el mismo escritor de El secreto de sus ojos, nos hace aceptar la premisa de que: ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón.

Ambos libros exploran la justicia por mano propia ante la ausencia de autoridad o ante la incapacidad de los encargados de hacer cumplir la ley. Una idea peligrosa si se tiene en cuenta que con esa premisa han surgido grupos al margen de la ley. Sin embargo, se entiende que acá se trata de una historia de película donde se aplica la justicia poética, porque ¿A quién no le gusta ver perder a los desgraciados que nunca cogen?

Ricardo Darín y su hijo Chino Darín en La Odisea de los Giles

El trasfondo de todo en la Odisea de los giles es tomar acción, organizarse y dejar de lamentarse por los problemas o situaciones que les afectó. Lo demás, es saber aprovechar los conocimientos y habilidades de cada uno de los miembros de ese grupo y aguantar hasta que se cumpla el objetivo.

Aunque por momentos la preparación del golpe se torna larga y repetitiva, las actuaciones logran mantenernos interesados hasta el momento final. Ricardo Darín, su hijo Chino Darin, Luis Brandoni, Verónica Llinás, Daniel Araoz, Rita Cortese y Andrés Parra, potencian la historia y la narración. A varios de ellos los habíamos visto en películas como Relatos salvajes, El secreto de sus ojos y series exitosas como Escobar: El patrón del mal.

Otro punto de debate fue el tono blanco que escogió el director Sebastián Borensztein para contar este drama que vivieron los argentinos en el 2001, pues hay toques de humor y los personajes son nobles en si mismos. Para algunos ese desastre financiero la situación no merece ninguna risa, sino una denuncia cinematográfica y hasta una venganza artística, por eso hubo unos pocos comentarios que la trataron de «picardía adolescente» adelantada por amigos de la tercera edad. Claro está, que la aceptación por parte del público en general y de la crítica la llevó a ser escogida como la película argentina seleccionada para enviar a los premios Oscar 2020.

Por eso no hay que subestimar nunca la lucha de una comunidad sencilla, pero decidida. Cuando ya no tienen nada más que perder, los giles pueden ir hasta las últimas consecuencias y por qué no, llevarse más de lo que esperaban.

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1 comentario

  1. Existen muchos giles, yo también quepo en la manada porque alguna vez nos han engañado de mil maneras y nos vamos a dar cuenta cuando ya es tarde. Existe eso que llaman «vivos» que con maña le llenan la cabeza de cucarachas y le prometen lo que no existe y uno cae redondito. Cuidado que los tienes a tu lado, caminan contigo y sus prédicas que oyes a diario te están envenenando y quizá no te has dado cuenta.

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