CAPITÁN FANTÁSTICO, un ´héroe’ de la razón

  • ¿Van a ver una de superhéroes?
  • ¿Cuál? Capitán América, Doctor Strange, Captain Fantastic, El profesor X…
  • Una con nombre raro Captain Fantastic
  • Si la escogen por el título les aseguro que podrían equivocarse radicalmente aunque no se decepcionarán.

Capitán Fantástico no trata sobre algún superhéroe con fuerza poderosa y legado mitológico creado por las grandes firmas Marvel o DC Comics, pero si la vemos con unas gafas sensibles a la reflexión, podríamos descubrir a una especie de héroe marginal quien lucha por defender a sus hijos de una agresiva sociedad de consumo.

 

 

La segunda película de Matt Ross es una historia que nos confronta permanentemente a través del radical estilo de vida de Ben Cash y por extensión el de sus seis hijos, quienes están convencidos que la ideología que rige las sociedades en general está avalada por filosofías falsas que sólo llevan a la opresión del hombre.

Un razonamiento que uno mismo como espectador sabe que tiene una gran dosis de verdad sin saber a ciencia cierta cómo enfrentarlo. Ben y su esposa Leslie decidieron, años atrás, construir ellos mismos su propia idea de comunidad, un tanto similar a la utopía de los hippies setenteros, en donde no tuvieran que someterse al sistema educativo tradicional, la religión y el gobierno de turno.

Lo que pasa es que el aislamiento funcionó para algunos aspectos formativos pero falló en los relativos a la interacción social, lo que se hace evidente en la historia cuando por un hecho fortuito la familia entera tiene que salir de su burbuja idílica. Ahí es donde comienza nuestra angustia pues el ‘héroe de la razón’ en que se ha convertido Ben podría perder todo ante las enormes garras de su enemigo disfrazadas de normas de conducta y de presión social.

 

 

 

Ross quien además escribió el guión, nos invita a compartir desde el comienzo con los Cash, a reírnos con ellos, a preocuparnos por lo que les pueda pasar en el bosque donde viven y a intrigarnos con las razones por las cuales la madre de los muchachos no está con ellos.

Entonces nos volvemos partícipes de una locura que en nuestro sano juicio no cometeríamos pero que en momentos de euforia idealista consideraríamos como una posibilidad. Incluso conozco algunas personas como ellos en la vida real, quienes cultivan su propia comida, arman sus elementos de aseo, educan a sus hijos en casa o en la granja donde viven, son cultos, saludables y cargan también con el estigma de raros.

Los personajes de Capitán Fantástico son entrañables: desde el idealista Ben Cash interpretado por Viggo Mortensen hasta cada uno de sus curiosos hijos, quienes le dan matices de humanidad al radicalismo al mostrar convicciones firmes y dudas razonables, amores filiales y odios heredados, todo eso envuelto en un aire de peligrosa inocencia en donde la vida misma de cada uno de ellos está en juego.

 

 

Mortensen difícilmente dejará de ser Aragorn del Señor de los Anillos, el guerrero que ayuda a destruir el Anillo del Poder mientras se forja el camino para ser Rey, un blockbuster gigantesco que recorrió el mundo entero y que sin duda lo acompañará por el resto de su carrera, sin embargo ha demostrado con trabajos como el que realizó en Una Historia de Violencia, 2005 y este protagónico, que es un profesional capaz de enfrentarse a personajes complejos, por lo que no hay que menospreciarlo como artista, ni a esta película como obra de arte, así la taquilla no la favoreciera ni durara más de una semana en Colombia cuando se estrenó en el 2016. Las críticas en los festivales de Sundance y Cannes fueron favorables al igual que la del público que la ha visto.

Capitán Fantastico se mueve como los originales personajes de su historia entre la marginalidad y el asombro, se esconde en la memoria de quienes la hemos visto y la verdad no nos importa si trasciende o no, el sólo hecho de conocer a los Cash ya valió la pena.

De tal manera que si se confunden y empiezan a ver Captain Fantastic y en lugar de encontrar grandes peleas entre villanos y superhéroes se encuentran con una familia cazando un venado, no se desanimen, aguanten unos minutos más, denle una oportunidad a estos ‘desadaptados’, de pronto los equivocados somos nosotros.

 

 

Postdata: De no olvidar la escena donde celebran el Día de Noam Chomsky y uno de los muchachos le pregunta con molestia ¿Por qué no celebrar la navidad como todos los demás y en cambio sí la vida de un filósofo? la respuesta que les da Ben es similar a la que yo daría.

 

 

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