DE LA ECONOMÍA DE GUERRA, A LA ECONOMÍA SOLIDARIA

“Tenemos las esperanzas grandes de que esas cooperativas nos puedan generar
condiciones económicas positivas y vidas dignas para nosotros…después de vivir en
guerra, de poner todos los esfuerzos y todas las capacidades que tiene el ser, al
servicio del exterminio, a pensar todos los días cómo eliminar a los enemigos, hoy se
trata es de la construcción de una propuesta de común, desde un punto de vista
colectivo, es decir, construir organizaciones solidarias.”
José, excombatiente…

La contribución de la economía social en el desarrollo socioeconómico de la población ex combatiente FARC Ep, antigua organización insurgente colombiana y ahora partido político, se torna como un claro ejemplo de como otras formas de producción y de relaciones económicas pueden generar los cambios que el capitalismo y el actual modelo mixto no ha podido.
ECOMUN, es un mecanismo creado en el marco del acuerdo de Paz firmado en el año 2016 para facilitar su transición a la vida civil, fomentando iniciativas organizativas y productivas de sus asociados (Fondo Europero para la Paz,
2018), por lo que la economía solidaria es parte esencial del proceso de reincorporación,
en el aun no finalizado y prolongado conflicto armado colombiano.
El cooperativismo facilita la reincorporación a la vida civil, por lo que la economía social se torna como un proceso que reivindica las ausencias socioeconómicas a las que está expuesta la población excombatiente FARC-Ep, fruto del contexto de incertidumbre en el cual se desenvuelven, asegurando el bien común y generando esperanza en la población que le apuesta a la paz. Las cooperativas son construidas bajo el sustento de una propuesta o proyecto
productivo originados y administrados por los ex guerrilleros como por ejemplo las actividades agropecuarias que son las que tienen mayor interés en esta población dado su origen campesino, piscicultura, construcción, mejoramiento de vivienda, fomento del ecoturismo, creación de senderos ecológicos, centros de encuentros culturales entre otras, que generan empleos y mejoramiento de las condiciones de vida con los ingresos de allí percibidos. De igual manera hablar de economía cooperativa, no es un algo totalmente nuevo para la población fariana, puesto que ha estado presente desde tiempos de guerra, con algunas prácticas específicas, no obstante, en la actual transición, se enfrentan a fuertes retos, dado que se requiere capacitación en temas como contabilidad, derecho y finanzas, junto a una planeación y ejecución impececable para que dichos proyectos puedan permanecer en el mediano y largo plazo.

La publicación completa puede ser encontrada en el siguiente link: http://ciriec.es/eventos/xviii-congreso-internacional-de-investigadores-en-economia-social-y-cooperativa/comunicaciones/?search-by=author&search-paper-type=0&search-keyword=0&search-string=milena

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