Capítulo 15: Mi primera experiencia homosexual

Valiente aniversario el que me hicieron pasar, yo si estoy es muy jodida con esta mierda de familia que me tocó. Yo siempre he dicho que Dios me dio esta gente para mirarme desde allá arriba y reírse de mí.

Cómo les parece que pasó identico que con mi cumpleaños, no se acordaron. Sino es porque dicen charlando los vecinos, nadie dice nada. Ahí mismito el viejo y Humbertico  se vieron, brotaron los ojos como sapos venenosos y se me tiraron encima. Yo hice uno de mis movimientos Matrix y lo esquivé. Me fuí para la cocina tongoneándome y después me desmoroné encima del pollo.

Después me dije a mí misma: mi misma, dejá de ser boba, conseguite una amiga para que tengas con quién hablar y dejes de hablar contigo misma. Entonces entre nosotras mismas llegamos a la conclusión de que tenía que hacer algo para levantarme una amiga bien chévere. Me puse a navegar por internet y terminé metida en un chat de ambiente, yo creí que era gente pues muy animada, entonces íngresé. Me puse de nick: RompeCintura porque es una canción que me encanta bailar, y pensé que de pronto me encontraba una contemporánea que me invitara a la casa a escuchar musiquita bien bueno.

De una saltaron como tres ventanas, yo como estoy muy cruda en estos asuntos de la internet, apenas podía responderle a uno.

  • Hola.
  • Hola.
  • ¿Cómo estás?
  • Lo más de bien, ¿vos qué? -Le dije yo.
  • Con mucha curiosidad ¿Están rompiendo cinturas por acá?
  • Ah, es por una canción que me gusta mucho. -Le respondí.
  • Yo ya me estoy poniendo horny. Si quiere viene, yo le pongo la canción y me hace lo que quiera.
  • ¿Se está poniendo qué? -Y empezó como a temblarme el párpado derecho.
  • Que me estoy poniendo arrecho.
  • ¡Virgen del amor hermoso! ¡Degenerado! ¡Sin vergüenza! ¿No le da pena decirle esas cosas a una mujer mayor?
  • ¿Mujer? ¿Mayor? ¡Abrite, cucha!
  • Y tras de todo me dice cucha. Espere que yo averigue dónde vive y verá cómo pega esta cucha.

Ay, yo apagué lo más de asustada ese computador y quedé temblando mero rato. Pero como yo no soy ninguna boba, anoté el apodo y ahora empiezo a averiguar con los vecinos. Se hace llamar: 22CentiCam. Debe ser: 22 grados centígrados, por el clima. ¡Y se llama Camilo! Puf, ya me lo pillé.

  • ¡Maria Camila! ¿Usted conoce a algún 22 grados centígrados Camilo? ¡Y respóndame con la verdad culicagada, que usted se mantiene con la caliventura!.

Comentarios

1 comentario

    • juan el 13 octubre, 2012 a las 19:31
    • Responder

    que pendejada, deja de ser tan boba cucha y busca oficio

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.