La falta de movilidad en la ciudad de Bucaramanga es una realidad constante que tiende a empeorar en parte debido a la falta de acciones de la alcaldía actual y de al menos los seis últimos alcaldes, quienes nunca han visualizado la ciudad a largo plazo, sino que lo han hecho pensando en su propio período de cuatro años.
Es la ciudad cortoplacista , de miopía política en las decisiones, sin continuidad en la implementación de los planes de administraciones anteriores que impiden un desarrollo armónico en el tiempo.
Cada alcalde llega con nuevas ideas, en su mayoría fatuas, que la ciudad de la alegría, que la ciudad de….que el alcalde social, para dejar inconclusas las ideas y ejecutorias del alcalde de turno y las de sus antecesores.
Todas las grandes ciudades se desarrollan mediante planes de larguísimo plazo diseñados por expertos, Nueva York, Paris, tiene planes de desarrollo a 100 años, que no pueden ser modificados por ningún concejo municipal o por el alcalde en ejercicio siendo los empleados públicos los ejecutores de decisiones técnicas de largo aliento, que en un ámbito más amplio serían políticas de estado de ejecución técnica ininterrumpida cuyo diseño y puesta en marcha se deben desarrollar en base a serias recomendaciones técnicas de calificados consultores.
Esto sin embargo no sucede en Bucaramanga, donde el POT con más de 12 años de funcionamiento nunca fue actualizado, a pesar de que a poco tiempo de su expedición saltaba a la vista que estaba acabando con la ciudad. Hacer ciudades es algo más que construir edificios. El plan de ordenamiento territorial ignora que para erigirlos cada vez más altos, de 20 y hasta de 30 pisos, los que surgen en zonas donde antes se levantaba una vivienda, se necesitan vías de acceso más amplias, pues de un garaje de donde antes salía un automóvil hoy salen cien o más. ¿ Se hizo ,acaso, una medición sobre la cabida de las calles para soportar miles de carros más?
De ahí los permanentes atascos en la zona de la meseta, en Cabecera, en Cañaveral. El centro sufre actualmente un proceso de densificación que terminará haciéndolo invivible, por las mismas razones: las grandes casas de los años 30 y 40 del siglo pasado han caído para dar pie a mastodónticos edificios sin antejardines, zonas verdes ni áreas de sección, cuando tantas calles del centro de la ciudad habrían podido ser ampliadas en el momento oportuno, para después levantar construcciones modernas de una altura moderada con los requisitos ambientales adecuados a la normativa internacional. En las calles 34,35, 37 y hasta La Rosita, entre carreras 15 y 27 en los últimos años han surgido o están en construcción más de 40 edificios casi todos de grandes dimeciones.
La modificación de los índices de construcción y ocupación es la causa de la negativa transformación de la ciudad. Bucaramanga cuenta con el índice de construcción más alto de todas las ciudades capitales de Colombia ,el 7, siendo este modificado por varios decretos de la oficina de planeación no para bajarlo sino para subirlo, acuerdo 0.65 de diciembre 29 del 2006 acuerdo firmado por el alcalde de la epoca y el presidente del concejo,en el cual los parqueaderos y las zonas de circulación no cuentan en los metros construidos, existen también bonificaciones adicionales por mayor número de parqueos que se traducen en metros en altura, sin embargo la aplicación no es clara y se presta a interpretaciones, como muchas excepciones de plan de ordenamiento.
Desafortunadamente el POT sigue sin ser presentado al concejo después de más de 8 meses del mandato del actual alcalde, la postración de la ciudad coincide con la puesta en marcha del POT hace ya 12 años, el caos sigue creciendo y las decisiones no hacen parte de ningún plan de crecimiento regulador a largo plazo, el resultado es esta ciudad descuadernada, una selva de cemento, agresiva y caótica, donde lo único que crece es el número de vehículos y la altura de los edificios, mientas que el orden, el desarrollo planificado, los barrios residenciales y la calidad urbana de la ciudad desaparecen.