El Cáncer que se extiende

Lastimosamente muchas empresas y organizaciones han llevado al extremo el concepto de pensar sólo en el cliente y dejan a un lado su propio equipo de trabajo, quienes son las personas que realmente hacen que el mensaje que se quiere transmitir a través de los productos o servicios, realmente se de.

Más del 40% de las renuncias a nivel mundial son causadas por las falencias tan grandes en el liderazgo que ejercen “jefes” y dueños de las empresas que, en lugar de motivar a los empleados y no hablo necesariamente por pagar más, se dedican a exprimir y exprimir cada uno de los talentos y habilidades hasta desgastarlos, llevando a los empleados a buscar otras opciones laborales incluso por debajo de su salario con el fin de salir.

Existen diferentes investigaciones y análisis hechos a nivel mundial sobre este tema, por ejemplo, la Universidad de California muestra que un empleado motivado es 31% más productivo, 37% mejor en ventas y tres veces más creativo que los otros empleados que no están motivados, un escenario que no es claro para los responsables de las áreas cuando en lugar de ejercer liderazgo, ejercen mando cómo si fueran soldados dentro de un batallón y dejan a un lado las cualidades, las habilidades, las destrezas propias e individuales y peor aún, la creatividad de un equipo de trabajo que pueden darle a la empresa ese diferencial a su producto, frente a su competencia o mejor aún, dale ese valor único a los clientes para que su experiencia sea única. Pero ¿qué momento de alegría o de satisfacción puede crear un empleado a su cliente cuando éste está aburrido, cansado, desgastado y con un liderazgo mediocre, visceral y abusivo?

Más continuidad y menos políticas

Estamos al final de una era donde la inteligencia emocional se ha tornado en el negocio más importante dentro de la empresa, por encima de las habilidades duras o propias del negocio que, con tecnología crecen, se miden y se enrutan cuantas veces quiera, el punto crítico aquí es que las capacidades blandas no, estas capacidades son emocionales y propias de cada empleado y deben ser la prioridad. Ahora bien, si usted es dueño o líder lo invito a que haga el siguiente ejercicio, es sencillo, pero le dará claridad y certeza de qué hacer y qué no.

Váyase a casa, siéntese en su escritorio y haga la evaluación uno por uno de sus empleados, averigüe ¿cuál empleado hace miserable al otro? y ¿cómo un “líder” o responsable del área puede devastar o está desgatando a un integrante de su equipo sin importar si es el mejor equipo de ventas o el desarrollador estrella o el mejor socio que haya podido tener? Se sorprenderá de los resultados.

Esto es un cómo un Cáncer que se extiende.

Gary Vee.

Este cáncer invade día a día a las empresas y las lleva a ser lentas en un mundo que exige velocidad con calidad en los productos e interacción con los clientes o en el sector público, donde la politiquería en lugar de encaminar procesos de convergencia y dinamismo, lo que hace es contaminar logrando la inoperancia de un sistema que se mueve más por egos y caprichos, que por sentido común y tecnicismos en los proyectos.

House of Cards Serie

La mente del equipo mal encaminado está es orientado a vivir en preocupación constante por los problemas con los otros empleados, por los entregables y presiones que se dan sin sentido, a gastar horas y horas sentados debatiendo cuan miserables son los unos con los otros y cómo encuentran la salida más próxima al debacle organizacional, por ello jamás experiencia de un cliente será extraordinaria en una empresa como éstas.

La cultura empresarial

Ahora bien, después de identificar todos males viene la siguiente pregunta ¿Qué hago? Y bueno, la cosa no es simple pero sí es práctica y si le pone atención a este tipo de estrategias va a lograr resultados fantásticos que quisiera me los compartiera en los comentarios, aquí va.

Defina bien que tipo de cultura quiere implementar.

Es que otro concepto erróneo que se ha llevado al extremo es el de cultura empresarial, y ésta no es poner snacks en la cafetería o tener mesas de ping pong y Play Stations 4 en la sala de juegos, una cultura real es sentarse a hablar uno a uno con sus empleados y saber que sienten, cómo perciben las cosas y sobre todo, compartir todos los sentimientos que usted tiene hacía ellos, porque ellos son su extensiones y hacen que sus sueños se hagan realidad.

Entender qué les importa

En este ejercicio usted debe identificar a quienes les importa el dinero, a quienes les importa más el tiempo para estar con sus familias, quienes quieren estudiar y crecer en áreas afines a lo que hoy en día hacen, quienes quieren títulos o posiciones y lo mejor, quienes quieren un espacio para mostrar su creatividad, allí sabrá qué vale la pena seguir haciendo y qué no.

Y usted cómo CEO o líder debe saber cada uno de estos puntos por cada uno de sus empleados, todos los días y entender qué diferencia hay entre Luisa que tiene 25 años con Adriana que tiene 34 o un Felipe que tiene 28 con Juliana que tiene 35, cada una de estas cosas les darán elementos para fortalecer las relaciones internas y de cooperación entre sus áreas que sean transmitidas a sus clientes y que estos de verdad reciban su mensaje.

Estamos en el momento donde poner atención a los elementos humanos lleva a las empresas al siguiente nivel, ¿Por qué no empezar desde ya a marcar la diferencia?

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