Puentes antipeatonales, una discusión válida para las ciudades

“Concientizar a la ciudadanía de la prelación de los peatones en el espacio público es la primera medida pedagógica fundamental que debe venir acompañada de señalización horizontal y vertical para los pasos a nivel y la implementación de semaforización peatonal”

En nuestra concepción de la buena cultura ciudadana aprendida desde temprana edad se encuentra usar los puentes peatonales para cruzar las calles de la ciudad. Este acto de buen comportamiento se impuso en pro de la seguridad de los peatones y de la celeridad en el flujo vehicular de las vías, pero se le han encontrado inconvenientes a lo largo de los años en su funcionamiento pues no es un elemento incluyente con el total de la ciudadanía entre otros aspectos.

La discusión acerca de los puentes peatonales en las ciudades no es nueva. A pesar de que se establecen parámetros de diseño en los manuales de espacio público de las ciudades, estos elementos urbanos se han convertido en lugares donde no todo el mundo puede transitar pues no cuentan con rampas que brinden accesibilidad a la población con diversidad funcional además de ser espacios predilectos para el crimen debido a su soledad. Estas son razones por las cuales la población peatonal prefiere arriesgar su vida caminando por entre las vías vehiculares antes que cruzar por estas conexiones aéreas; la problemática se ve reflejada en las estadísticas de mortalidad por siniestros de tránsito en los que el peatón es el actor que encabeza los índices de fallecimiento.

A partir de este panorama se han establecido alternativas para mejorar las condiciones que tienen los peatones para el cruce de vías vehiculares. Los pasos a nivel se convierten en una de ellas que vale la pena tener en cuenta pero que trae consigo cambios tanto para peatones como para conductores de vehículos. Concientizar a la ciudadanía de la prelación de los peatones en el espacio público es la primera medida pedagógica fundamental que debe venir acompañada de señalización horizontal y vertical para los pasos a nivel y la implementación de semaforización peatonal.

Es así como Bogotá y su Plan Distrital de Desarrollo pretende que los puentes peatonales se conviertan en la excepción y no en la regla, por esta razón propone unos lineamientos base para empezar a cambiar el ejercicio de diseño urbano:

• Promover e incentivar la construcción de cruces peatonales seguros a nivel
• Indicar que los cruces peatonales seguros a nivel en el Distrito Capital deberán garantizar la accesibilidad universal mediante una infraestructura física apropiada para las personas con movilidad reducida y en general para todos peatones de la ciudad, reconociendo la obligación de ofrecer al peatón alternativas seguras para el cruce de calles a nivel.
• Establecer una restricción a la construcción de más puentes peatonales, con excepción de autopistas o vías de primer nivel nacional
• Establecer que los puentes existentes que se deterioren serán reemplazados por cruces peatonales a nivel (y dar una salida en los casos que sea imposible, a través de estudios de alternativas)
• Priorizar los pasos seguros a nivel para cruces nuevos (y dar la salida para casos excepcionales vía estudio)

Si bien esta es una iniciativa que va tomando relevancia a nivel nacional – Bogotá, Medellín y Pereira han iniciado ya con procesos de desmonte- no hay que llevarla a los extremos en donde todos los puentes deban eliminarse. Es necesario analizar factores como el de si las vías a cruzar son de primer nivel nacional, la velocidad promedio de los vehículos circulantes u otras características particulares de cada caso que comprometan la seguridad peatonal. Lo cierto es que la discusión acerca de pertinencia de los puentes peatonales se hace válida en la medida que se quieren ciudades más inclusivas, seguras, caminables y sostenibles en las que se desincentive el uso de los automóviles.

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