Toy Story fue la película que cambió para siempre la forma de hacer cine. Hasta antes de ella la animación se creaba con cientos de dibujos hechos a mano los cuales pasados a una velocidad determinada y con la complicidad de nuestra mirada (persistencia retiniana) daban la sensación de movimiento. Después de su estreno en 1995 la inmensa mayoría de las animaciones se realizan por ordenador, de tal manera que no vamos a hablar de una saga cualquiera si no de una que al parecer por su más reciente entrega Toy Story 4 (2019), continuará por muchos años más.
Pero no sólo se trata de una innovación tecnológica la que vuelve especial a Toy Story, también influyen tres factores que considero claves: el universo dramático, la familia como público objetivo y la filosofía empresarial que los miembros originales de Pixar han logrado mantener a pesar del tiempo y los cambios de dueño.
En cuanto al primero, el mundo en el que se mueven los personajes está sólidamente basado en el cuento infantil El soldadito de plomo (1838), del escritor danés Hans Christian Andersen, en donde los juguetes cobran vida cuando no están sus dueños. La adaptación a nuestro contexto la hicieron John Lasseter y su grupo original que lo acompañaba desde que Pixar era una oficina de la productora Lucas Film, de George Lucas.
De ahí viene lo segundo, tanto Lasseter como Andrew Stanton, Pete Docter, Lee Unkrich y Joe Ranft siempre consideraron que este tipo de historias, anteriormente clasificadas para un público infantil, también fueran para sus padres. Y lo han logrado combinando los ‘gags’ que nos hacen reír con aventuras y tramas que nos tocan emocionalmente a nosotros como adultos.
Y lo tercero, es que el enfoque Pixar continúa ahora que lo compró la poderosa Disney, después de una compleja negociación, la cual narra Lawrence Levy en su libro De Pixar al Cielo, en donde devela cómo pelearon junto al dueño de la empresa Steve Jobs, el control creativo, las fechas de estrenos, los beneficios económicos y la marca PIXAR en los créditos. Así es, el legendario Steve Jobs había comprado esa pequeña compañía porque le gustaba el software de animación digital en 3D que habían desarrollado, hasta que se dio cuenta que la mina de oro no estaba en los aparatos, si no en el grupo de creadores de historias.
De tal manera que esta saga comenzó con el éxito en taquilla de Toy Story que confirmaba la visión de Lasseter, la habilidad de negociación de Levy como gerente de la empresa y la visión del dueño de ese momento, Steve Jobs para darle solidez .
Lugo vinieron Toy story 2, 3 y 4 esta última actualmente en cartelera batiendo record de taquilla y aceptación de la crítica en general, así la Asociación de Mamás Cristianas se hubieran molestado porque uno de los nuevos protagónicos es una cuchara/tenedor que según ellas no tiene clara su identidad sexual y porque en una de las escenas aparece en el fondo un par de mujeres despidiendo a un niño en la guardería, lo que indicaría una normalización del lesbianismo…
Lo cierto es que Toy Story 4 se mantiene en la línea de vida de sus más queridos personajes Woody y Buzz Light Year en esta ocasión guiados por Betty o Bo Peep la lámpara de porcelana quien había sido regalada anteriormente y quien ahora lleva una vida independiente cerca a una feria de diversiones. Sabemos desde la 3 que ya no es Andy el dueño de los juguetes porque ya creció, ahora es una niña llamada Bonnie quien está en una etapa creativa materializada en Forky. Incluso tenemos a una antagonista llamada Gaby Gaby.
Es decir, Toy story 4 entra también en la conversación actual donde el poder femenino es el centro de atención, donde ellas toman el control de sus vidas, incluso si es un juguete delicado de porcelana que ahora lucha por sí misma, lidera un grupo de juguetes y hasta puede tomar iniciativas amorosas como lo hace Betty. De por sí en la primera entrega de Toy story, es ella quien agarra literalmente a besos a Woody.
Puede que sintamos algunos momentos comunes o actitudes que se repiten en esta entrega, pero las líneas de acción trazadas en todos los sentidos desde sus inicios, son tan claras que perfectamente podríamos imaginar que la terrible decisión final que uno de ellos debe tomar, es sólo el comienzo de una nueva aventura la cual probablemente veamos en un Toy story 5.
2 comentarios
Recuerdo cuando vimos la primera entrega de Toy story, fue en la casa en Contratación Santander, en VHS. Cada día veíamos una película, al día siguiente fue Lolita.
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De Toy Story de Lasseter a Lolita de Kubrick… interesante cambio, un saludo Wilson