HALLOWEEN

El 31 de octubre era para los Celtas el día en que salían los espíritus a vagar antes del invierno, una noche en la que había que protegerse con figuras aterradoras para espantarlos o disfrazarse para confundirlos.

Los Papas católicos Gregorio III y IV intentaron borrar dicha conmemoración por ´pagana´ pero no pudieron, entonces le pusieron competencia trasladando al primero de noviembre su día de todos los santos, o de los muertos en algunos países latinoamericanos.

Los tiempos pasaron, la leyenda se diluyó y tomó un aire de carnaval donde aprovechamos para alterar nuestros roles en donde los niños salen disfrazados a pedir dulces o si no harán una travesura. Sin embargo, el cine no olvidó la esencia del mito y creó un espectro de carne y hueso que salió de su encierro un 25 de octubre de 1978 para aterrorizar a los espectadores, la película se llamó, Halloween, de John Carpenter.

 

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Antes de esta cinta, el género del terror era sub valorado, incluso era clasificado como, Serie B (de baja calidad), sus títulos no contaba con altos presupuestos, ni estrellas, ni escenarios o efectos especiales creíbles, de tal manera que la puesta en escena daba más risa que temor.

Carpenter, no es que tuviera unas condiciones diferentes a las mencionadas, pues sólo le dieron trescientos veinticinco mil dólares para hacerla. Sin embargo los supo administrar y convertirlos en cerca de cincuenta millones en todo el mundo.

No había razones para creer que Halloween trascendería, pero lo hizo. No solo desde el punto de vista económico, también se convirtió en referente de un nuevo subgénero del terror que se llamo Slasher, en donde un asesino en serie sin mayores justificaciones va eliminando a despreocupados jóvenes. Ejemplos recientes de su influencia son: Se lo que hicieron el verano pasado, Destino final, La casa de cera y Scream, entre otros.

 

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Michael Mayers, el psicópata de Halloween

 

Michael Mayers el personaje indestructible de Halloween, al igual que Jason el de Friday 13 (1981) o Freddy Kruguer de Pesadilla sin fin (1984), parece ser de otro mundo, uno guiado por espíritus malignos que lo protegen, pues es capaz de sobrevivir a cuchilladas, disparos o atropelladas y aunque deja de asesinar por un año los espectadores saben que de alguna manera sobrenatural reaparecerá el 31 de octubre para aterrorizar con su máscara indefinida.

La Serie B, no solo es norteamericana, los colombianos tenemos algunas del caleño Jairo Pinilla, como Funeral Siniestro (1977) y 27 horas con la muerte (1981) que guardando las proporciones cuentan con los ingredientes claves, como los sonidos de piano en los momentos de temor, el hecho de tener a una adolescente como víctima y a un o una psicópata que va más allá de la muerte.

Los Slashers han depurado la técnica pero no han cambiado desde Halloween, es decir, siguen girando en torno a escenas suaves de sexo previas a algún acto violento que dependiendo del director será más o menos grotesco, aunque Carpenter prefirió la tensión del acecho a la sangre explícita.

De gran modo eso le dio nivel a su relato así como el juego con los primeros planos, el claro oscuro de las noches, los sonidos de piano que el mismo compuso, la mirada del asesino a través de una máscara que para el espectador se muestra con un plano subjetivo, la respiración agitada de los personajes y actores que dieron la talla, algo que por lo general falla en las de Serie B.

 

Jamie Lee Curtir, Laurie Strodi en Halloween

Jamie Lee Curtis, Laurie Strode en Halloween, actualmente reconocida por su papel en Mentiras Verdaderas con Arnold Swacheneger

 

Lo que hizo fue encontrar un balance entre la experiencia y la juventud. Para los roles principales contó Donald Pleseance, un actor británico de formación clásica quien sería el Psiquiatra Loomis, empeñado en atrapar a Mayers y a Jamie Lee Curtis para el papel de la niñera Lauri Strode quien hasta el momento sólo era conocida por ser la hija de dos actores famosos: el simpático Tony Curtis y la bella Janet Leight.

No hay que esperar elementos de reflexión en estas historias, no te regalan mayor discurso, sólo unos gritos desesperados, pero como es 31 de octubre y los canales de televisión se llenan de este tipo de películas que mejor que contextualizarlas.

Las leyendas paganas de espantos o las religiosas con sus diablos generan temor en la población; a cambio las organizaciones ganan adeptos con la promesa de protección sobrenatural. Al igual que éstas, algunos espectadores pagan o pagamos para que nos asusten en cine sólo que no tenemos a cambio una promesa de salvación, al contrario, nos darán la seguridad que la maldición no parará, pues por lo general el asesino no aparece en el lugar donde supuestamente lo mataron.

 

El siquiatra Sam Loomis interpretado por Donald Plesaence

El psiquiatra Sam Loomis interpretado por Donald Plesaence

 

La franquicia de Halloween ya lleva ¡diez secuelas! , Pesadilla sin fin, seis, Friday 13 tiene el record con doce. Inexplicablemente, el miedo atrae y vende.

Particularmente no me gustan pero las veo, antenoche no pude despegarme del TV con La cabaña sangrienta, ayer con Manicomio siniestro, no sé si sea un acto de masoquismo, de voyerismo o simplemente una atracción por lo bizarro, lo cierto es que de antemano se que la historia será similar en una locación diferente.

No importa, el hecho es que estamos en Halloween, que nos vamos a disfrazar no para ahuyentar espíritus sino para atraer amigos y que como ritual me veré cuanta película mala Serie B me encuentre por ahí.

 

 

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