Haití es el campeón invicto de la miseria en América Latina y además está atrincherado en una falla geológica que cada cierto tiempo se lo recuerda.
Con el debido respeto a quienes así lo creen, el movimiento telúrico no tiene nada que ver con un supuesto pacto con el diablo. Todavía persiste la mentalidad de buscar causas exóticas para lo terrenal. Es un recurso infantil buscar culpables y lavarse las manos. Hay ligereza en afirmar que la isla es víctima de una maldición.
Me parece más perversa esa explicación que desprecia las prácticas culturales y religiosas de un pueblo y las asocia a un castigo enviado desde el cielo. Según lo que he leído en Twitter, el Dios cristiano castiga al pueblo haitiano por adorar a los demonios, pero la realidad es que Haití es un estado anárquico y pre-feudal, en el que unos pocos obtienen todo y muchos nada. El país está en modo de supervivencia desde su independencia en 1804.
El infierno se escribe con H.
1 comentario
Creo que Dios existe y que va a venir a través de su hijo Jesucristo ha poner orden en este m……….todo es cuestión de tiempo.