Hablar de conflicto armado, es hablar de manifiesto de Colombia… Indicadores como la concentración de riqueza, el alto nivel de pobreza, las pocas fuentes de empleo, la ausencia de mecanismos que permitieran la participación política y por ende la generación limitada de ingresos, y en especial la tenencia de tierra permitieron la emergencia del conflicto.
Pese a este desolador panorama, después de múltiples conversaciones se establecieron compromisos de ceses al fuego bilaterales y definitivos entre el Estado colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-Ep), que condujeron a la firma del acuerdo para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable hace cinco años, pero lo que convendría hablar en este momento es de lo que se vive en el territorio en la actualidad: la permanencia tácita del conflicto en el país. A nivel nacional, si bien se han presentado nuevas formas de violencia, estas no están aisladas de la prolongación del conflicto, por el contrario obedecen a una transformación, pero aun así presencia del mismo. El nacimiento de nuevos actores armados y nuevas expresiones de violencia organizada son una realidad, pese a los esfuerzos de quienes apostaron al fin de la guerra.
¿Por qué afirmar esto?
Si se hace una revisión del mapa crítico de la situación humanitaria en Colombia, publicado por el Comité Internacional de la Cruz Roja, en el pasado año se siguen evidenciando desapariciones, víctimas de artefactos explosivos, confinamiento y/o desplazamientos masivos y ataques contra misiones médicas, lo cual representa un panorama de incertidumbre y desasosiego.
Mapa Crítico de la situación humanitaria en Colombia
Fuente: Comité Internacional de la Cruz Roja (2021).
Es por esta razón, que el principal interrogante es ¿Continuará vitaliciamente el riesgo, la incertidumbre y la violencia para la población colombiana?
1 comentario
Creo que si el país no se levantó luego del acuerdo de paz, ya no lo hará nunca…