La Tecnología de hoy, el “recreo” del cerebro

Ha notado la dificultad que tiene ahora para aprenderse un número telefónico de 7 dígitos, cuando hace unos años se aprendía con facilidad decenas de ellos?

Claro, hoy no tiene que recordarlos, porque simplemente están grabados en su celular, y no solo las decenas de números fundamentales (padres, hermanos, amigos cercanos, pareja) sino cientos más de uso ocasional.

Esta falta de memoria es parte de los riesgos que nosotros, como usuarios de las tecnologías modernas, estamos corriendo al depender cada vez más de ellas para nuestras actividades diarias, dejando a un lado el poder de nuestra mente.

El cerebro, dicen los expertos, se comporta como un músculo: tiene la capacidad de expandirse y de funcionar mejor cuando se ejercita regularmente; por increíble que parezca se ha demostrado que al entrenar ciertas habilidades, como tocar el piano o un violín, se estimulan e incluso crecen algunas áreas de nuestro cerebro.

Los dispositivos y programas que se ofrecen hoy en día sin embargo, en vez de fortalecer nuestro cerebro, nos evitan hacer muchos ejercicios mentales que de alguna manera han ido disminuyendo nuestra capacidad cerebral.

Algunos ejemplos comunes: el celular almacena una gran cantidad de números telefónicos, lo que evita tener que recordarlos. El corrector ortográfico hace casi innecesario que aprendamos a escribir bien una palabra. La calculadora nos hace las sumas y las restas, así que adiós a las tablas de memoria. El calendario de la agenda nos mantiene las citas , así que ya no tenemos que recordarlas con un nudo en la mano. El GPS nos da las direcciones para llegar a algún sitio sin necesidad de aprender a reconocer las calles para después llegar nosotros solos…

Pero qué sucede si por ejemplo usted tiene un accidente y su celular es destruido? Cómo llamar a sus seres queridos si no recuerda los números de celular? Tendrá la ortografía suficiente como para escribir sin errores un párrafo en una hoja de papel? Podrá hacer una operación matemática simple sin una calculadora a la mano? Recordarán nuestros hijos las tablas completas de multiplicar?

Es hora de reemplazar esta falta de “ejercicio cerebral” con ayuda de algunos trucos pequeños: memorice al menos 5 celulares importantes y otros tantos teléfonos fijos. De vez en cuando desarrolle una pirámide de multiplicar y dividir (la famosa “escala” del colegio) con un número de al menos 10 cifras. Cuando visite algún lugar en la ciudad trae de memorizar la ruta, grabando en su memoria casas o señales en el camino. Trate de escribir en una agenda de papel las cosas que tiene que recordar antes de subirlas a su computador.

Soy el primero a favor de la tecnología moderna. Pero los dispositivos actuales, que son como bicicletas o motos para ayudarnos a transportarnos más rápido, no nos deben prevenir de saber caminar solos cuando nos llega el momento de hacerlo. Hágale una fisioterapia periódica entonces a su músculo más importante: su cerebro, disminuyendo de paso su dependencia tecnológica.

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