Queens of the Stone Age | …Like Clockwork | La última banda de rock

No es que el rock haya muerto. Pero obviamente es muy diferente la música que hacen las bandas actuales a la que hacen las bandas que surgieron en los 90’s. Y Queens of the Stone Age mantiene ese esencia de rock puro. Esencia que mantienen bandas como Suede, Foo Fighters y Stone Temple Pilots (que recientemente, al adherir a Chester Bennington de Linkin Park, fallecieron para mi), y que es imposible ser igualada por bandas de la actualidad.

Un ejemplo claro: Guns N Roses murió para mi (y para muchos acérrimos fanáticos) en el verano del ’96. Desde ese entonces dejó de ser la súper banda de rock y pasó a ser el proyecto soso de Axel y compañía. Y perdonarán los que aún aman a los Roses de la actualidad, pero no son ni sombra de lo que fueron.

Pero hablemos de …Like Clockwork, que es el disco que venimos a desmenuzar el día de hoy. Y no quiero ahorrarme palabras. Quiero ser lo más sincero posible: estamos frente al mejor disco del año 2013 (por lo menos en lo que va corrido del año), y podemos hablar de eso como tal al ya acercarnos al Ecuador de estos 365 días.

De izq a der: Josh Homme, Troy Leeuwen, Den Fertita, Michael Shuman y Jon Theodore.

Joshua Homme, voz líder, guitarra, frontman y principal genio detrás de este disco se inspiró para escribirlo en una experiencia cercana a la muerte. Se puede percibir en cada nota de este disco la cantidad de emociones y sentimientos, tan contradictorios pero consecuentes a la vez, de una luz al final del túnel, de momentos fugaces y sugestionadores a sentirse de diferentes maneras.

Y el éxito de este disco es reinventar la banda. Reinventar el sonido desde cero. Por eso, encontramos algo totalmente diferente al Era Vulgaris (2006), que quizá es la piedra angular de la discografía de la banda, vemos cómo …Like Clockwork se mueve por vértices de texturas crudas, frágiles y honestas, armonías que van como el vaivén de un reloj de péndulo, un viaje sonoro cambiante lleno de pesadas y vulnerables atmósferas que se renuevan en cada segundo.
 

Canciones como Keep Your Eyes Peeled y I Sat by the Ocean son ejemplos de hits radiales, directos a los listados de rock alternativo, canciones cargadas de alma y sentimiento. Por otro lado The Vampyre Of Time and Memoria (primera canción de Homme en el piano en vivo) y la nostálgica pero emotiva Kalopsia son himnos de cómo golpear al hipotálamo, retorcer todas esas fibras sensibles de fracasos y pasiones, llevando todo al punto de estremecimiento. My God is the Sun (primer single) y I Appear Missing son quizá los puntos más altos del disco, que van de aquí a allá, fuertes, experimentales, con ese toque desértico que solo Queens of the Stone Age podría haber logrado en un larga duración.

El discutido tema de no tener un truco a la hora de componer es vital. Cada canción es un ente diferente, pero a su vez, es tan coherente y consecuente, que pareciese que fuese un ladrillo de un gran edificio. Intumbable, imbatible, inconsumible.

Uno de los mayores aciertos es contar con incontables e incomparables estrellas dentro de la formación, eso sin contar con los invitados. Troy Von Leeuwen (ex Failure y ex A Perfect Circle), Michael Shuman y Den Fertita, además de contar con la enorme participación de Jon Theodore (ex The Mars Volta y ex One Day as a Lion) en vivo hace que la banda sea efectiva, cosa que demostraron en el show de lanzamiento del disco hace un par de días.
 

…Like Clockwork además cuenta con la estelar participación de Sir Elton Jhon, Alex Turner (Artic Monkeys), Dave Grohl (Foo Fighters), Brody Dalle, Mark Lanegan, entre otros, son simplemente retazos de una obra que ya venía siendo maestra.

Para concluir, Queens of the Stone Age está de regreso. Quizá nunca se hayan ido, pero tanto silencio fue tan perturbante como doloroso. Ya sabemos que estos 7 años de espera han valido la pena.


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