La “Internet de las Cosas” o “IoT” por sus siglas en inglés, es un proyecto global que intenta colocar cada objeto eléctrico en un espacio controlable en Internet. A diferencia de la red actual que está compuesta principalmente por computadores, esta nueva red estaría formada exclusivamente por objetos como tomacorrientes, sensores, ventiladores, luces, alarmas, etc.
Los beneficios de este proyecto son inmensos; por ejemplo, en el campo médico la posibilidad de monitorear pacientes o adultos mayores desde la casa, simplemente detectando sus movimientos o la falta de ellos; en el campo de seguridad la capacidad de detectar aperturas de puertas o encendidos de luces en su hogar; en el sentido ambiental, los ahorros en energía gastada inútilmente en focos prendidos, o aires o ventiladores trabajando sin que haya nadie en casa.
El mayor problema para implementar la “IoT” hasta ahora ha sido la estandarización: cada fabricante de dispositivos eléctricos para el hogar tiene su propia versión de la forma de comunicarse y controlarse y no se “hablan” con otros dispositivos de otras marcas. Así, dispositivos inteligentes creados por General Eelectric, por ejemplo, solo trabajan controlados por software y hardware de dicha empresa.
Por eso es tan importante el lanzamiento que hizo esta semana “Electric IMP”, una empresa fundada hace apenas un año por algunos genios de la industria, entre ellos Hugo Fiennes, ex arquitecto del iPhone de Apple, y Kevin Fox, que diseñó la interfaz de GMail cuando trabajaba en Google.
Se trata de “IMP”, una tarjeta muy parecida a las memorias SD que utilizamos en nuestras cámaras digitales, y que sirve para identificar el dispositivo en el que se inserta ante un software que corre en la nube y que le permite a un usuario monitorear y controlar remotamente dicho aparato.
La tarjetica IMP se comunica a través de las redes Wi-Fi convencionales, las mismas que todos tenemos en casa, y se programa (para darle la contraseña en la red) a través de aplicaciones disponibles en los teléfonos inteligentes más populares, como el iPhone y el BlackBerry.
Pero lo que es realmente valioso no es la tarjeta sino el “slot” o ranura en donde se inserta, que Electric IMP ha diseñado para ser universal. Estas ranuras son dispositivos electrónicos muy económicos que se pueden adaptar fácilmente dentro de cualquier aparato eléctrico convencional sin importar su marca.
De esta manera se universaliza el proyecto. Samsung, por ejemplo, podría empezar a vender lavadoras compatibles IMP, o GE podría hacer lámparas compatibles IMP, y para ello tan solo necesitan incorporar esta ranura a esos aparatos.
Electric IMP promete tener disponibles tarjetas y kits de ranuras IMP para finales de junio, de tal manera que es posible tener los primeros dispositivos compatibles para la navidad entrante. Las tarjetas tendrán un costo de 25 dólares, y los kits entre 10 y 20 dólares.
Así, si los fabricantes de electrodomésticos adoptan juiciosamente este modelo, la “Internet de las Cosas” pasará de la teoría a la realidad. Y podremos olvidarnos entonces, al salir de casa, de hacer la “ronda” de chequeo de todo lo eléctrico. Las tarjeticas IMP lo harán por usted.