Con el anuncio de Amazon de la salida el próximo 15 de noviembre de su “tablet” (o tableta) “Kindle Fire”, se da un muy fuerte paso hacia la masificación de la computación personal.
Considere que el Fire pesa menos de una libra, viene con WiFi, trae un veloz navegador para Internet, puede reproducir videos, shows de TV y música, permite leer libros y revistas en una pantalla de color de 7 pulgadas; una tableta completo por tan solo 200 dólares, una ganga.
Nunca antes en la historia de la humanidad un dispositivo con tanto poder computacional y de comunicación estuvo al alcance de tantos, y el primer mercado objetivo de Amazon son los estudiantes de los que, claro, hay muchísimos.
Recuerdo aún, como si fuera ayer, cuando 35 años antes en el colegio llegó el “Flaco” Rincón con la primera calculadora que vi en mi vida. Era una máquina de metal, llena de teclas y resortes, pesada como dos ladrillos, que le había prestado su papá para realizar algunos cálculos sencillos y de paso “descrestar” a más de uno. Ya era un “adelanto” frente a los libros con tablas de logaritmos que usábamos en esa época.
Luego vino Casio y nos dio calculadoras de bolsillo a todos. Luego llegaron los computadores personales que evolucionaron de a poco en los portátiles, y luego en los “netbooks” pero estos últimos nunca fueron tan asequibles como lo son estas nuevas tabletas.
La estrategia de Amazon de entregar la máquina muy barata está dando muy buenos resultados. En tan solo 5 días de anunciado el “Fire”, Amazon ha recibido más de 250.000 solicitudes de compra, y estas aumentan a un ritmo acelerado de 2.000 por hora.
Así que con seguridad el año entrante habrá millones de estas tabletas en el mundo. El Kindle Fire, junto con modelos similares de empresas como Dell o HP, estarán en cada pupitre, en cada escritorio, reemplazando a los portátiles, a los libros impresos, a los cuadernos de apuntes, y brindando a nuestros estudiantes acceso a recursos increíbles, como a las bibliotecas virtuales de cualquier ciudad del mundo, a blogs, a videos educacionales, a mapas, a música, etc., disponibles ya en Internet.
Cada niño deberá tener entonces, su “tablet”. La nueva “calculadora” de Rincón.