Bandersnatch es el nombre del capítulo especial perteneciente a la serie inglesa Black Mirror, el cual tiene como principal atractivo el hecho de ponernos a elegir constantemente entre dos opciones para que la trama continúe y por supuesto dependiendo de lo que escojamos, el joven protagonista vivirá una u otra experiencia. Pero, ¿Qué escoger, bajo qué criterios hacerlo? y sobre todo ¿estaremos haciendo lo correcto?
Black Mirror se ha caracterizado durante sus cuatro temporadas por cuestionar el uso que hacemos de la tecnología, poniéndonos en situaciones incómodas al ver como los personajes viven situaciones extremas que incluso pueden llegar a ser fatales, y aunque el tiempo en que se desarrollan los capítulos es en un futuro cercano, es inevitable sentir que uno podría ser quien viva esa situación.
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El caso con el capítulo Bandersnatch es que Charlie Brooker su creador y guionista fue más allá al sacar la tecnología de la pantalla para que interactuemos directamente con la historia. Por eso es necesario contar con un PC o con un Smart TV para vivir la experiencia, de lo contrario no se puede acceder al contenido: como cuando conectamos los videojuegos y tenemos un control para movernos dentro de él. Claro está, que acá la cuestión no es tan fácil como parece, pues en varios casos las opciones nos ponen frente a dilemas éticos o legales.
En Bandersnatch nos dan 10 segundos para decidir qué debe hacer Stefan Butler, un muchacho de 19 años quien en 1984 lucha física y mentalmente por desarrollar un novedoso videojuego de múltiples caminos, basado en el libro homónimo de un misterioso escritor quien enloqueció al final de su proceso creativo. El recurso tecnológico de este capítulo no es sólo un gancho de innovación sino que hace parte de la idea central trasladada a nosotros, a tal punto de hacernos ¡sentir culpa! pues como es Black Mirror las cosas por lo general tienden a empeorar.
El especial se estrenó el 28 de diciembre de 2018 con gran expectativa por parte de la crítica y la aceptación casi inmediata del público juvenil.
Así vimos Bandersnatch
Esta experiencia audiovisual la vivimos una noche de enero con mi hijo y varios primos suyos. Acordamos que frente a las diferentes preguntas cada uno tendría un turno y sería el encargado de escoger. Al comienzo decidir entre dos grupos musicales para que Stefan escuche mientras va en el transporte público o el cereal del desayuno nos produjo risa. Luego la trama se complicó al punto de tener que decidir entre descuartizar un cuerpo o enterrarlo entero (no es exacta la referencia, pero sirve para tener la dimensión del asunto).
Lo interesante fue ver cómo los jóvenes tomaban las decisiones y cómo nuestra presión para hacerlo rápido los afectaba. Por ejemplo: hay un momento en el que el padre de Stefan entra por sorpresa a su cuarto justo cuando él está está recibiendo mensajes extraños en el computador donde adelanta su proyecto. Gritarle al papá es una opción, la otra, Regar el café en el teclado; el turno en nuestra casa le tocó al menor del grupo quien no sabía qué hacer, los segundos del contador llegaban al final 3, 2, 1 y el abrumado niño decidió lo que para él era correcto, que no necesariamente fue lo mejor para la historia.
Ese ejercicio completo nos tomó un par de horas hasta que llegamos a un punto en el que se acaban los retos, no hay más posibilidades de retomar donde la embarramos y salen los créditos. Un poco decepcionante el resultado para la montaña rusa de opciones que tuvimos que sortear aunque el proceso nos hizo pasar un rato muy entretenido.
El cansancio también nos ganó para continuar, pues sabíamos que no era el único final, existen otros cuatro a los que se acceden con mucha paciencia, repitiendo algunos pasos y cambiando por supuesto las combinaciones. El nuevo intento lo hicieron mi hijo y los primos una semana después con resultados curiosos.
Es la lógica de los participantes en los videojuegos la que motiva a seguir, es la interacción, el tener el control lo que anima a buscar más finales posibles en contraposición a la lógica del espectador de la televisión clásica, pasivo por naturaleza más allá del cambio de canal.
En la vida real, sabemos que nuestras acciones tienen consecuencias, algunas beneficiosas otras no tanto, a veces nos preguntamos qué hubiera sucedido si en lugar de hacer esto hubiera hecho esto otro. ¿Sería millonario si me hubiera casado con tal persona en lugar de tal otra o hubiera llegado a ser profesional si no hubiera quedado embarazada?
Algunos creen que esas situaciones ya están trazadas y son obras del destino. Otros afirman que son los intereses de fuerzas sociales y políticas las que determinan nuestras vidas, unos optan por dejar su destino en manos de fuerzas sobrenaturales y otros piensan que somos nosotros los principales responsables de nuestros actos.
Bandersnatch nos incluye dentro de la múltiples causas que pueden afectar a otras vidas y no podemos librarnos de esa carga. La ventaja es que esas decisiones las tomamos con la comodidad de saber que las consecuencias de nuestros actos caerán una y otra vez en un atormentado personaje de ficción llamado Stefan Butler.