El Engaño del Siglo en el ciclismo

Lance Armstrong no sólo fue el ciclista que ganó siete veces la carrera por etapas más importante del mundo, fue el superhombre que derrotó al cáncer, el altruista que lideró la fundación Livestrong, el deportista con los contratos de publicidad más lucrativos del momento, en fin, el ejemplo de la juventud en los cinco continentes; lo que no sospechábamos – hasta que un periodista lo investigó – es que también fue la desilusión más grande del siglo.

 

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El joven Lance no nació con las condiciones físicas para ser un gran campeón de ciclismo, sin embargo tenía en mente una meta que se le convirtió en una obsesión: ser el primer americano en ganar el Tour de France y lo logró, no sólo una sino siete veces seguidas entre 1999 y el 2005.  ¿Cómo lo hizo? Esa es la gracia y la desgracia de la película Británico-francesa The Program (El Programa) o como se re nombró en español EL Engaño del Siglo, actualmente en cartelera.

La película está basada en libro Seven Deadly Sins: My Pursuit of Lance Armstrong, del periodista David Walsh, quien trabaja para el Sunday Times; él fue el único que siguió con escepticismo la asombrosa escalada al éxito del ciclista estadounidense, a quien conocía desde sus inicios como profesional .

Aunque seguí la película con interés y la actuación de Ben Foster en el papel principal es convincente, hay un par de detalles que me faltaron: uno, que el personaje principal tuviera diferentes matices, pues por cultura general ya sabíamos  que quedó enredado en cuestiones de dopaje lo que lo convierte en villano y dos, profundizar en lo que los organizadores consideran correcto en el deporte.

 

Ben Foster como Lance Armstrong en El engaño del siglo

Ben Foster como Lance Armstrong en El engaño del siglo

 

El Tour de France, el Giro de Italia y la Vuelta a España son carreras extremas y para muchos entendidos inhumanas, pero los premios, la emoción de los espectadores y la gloria eterna bien lo valen según dicen los competidores, lo que sucede es que detrás de las satisfacciones individuales están unos personajes que se lucran y que por muchos años no vieron el monstruo del dopaje que subía por la parte de atrás a los furgones. Como el caso del elefante en Colombia que todo fue a sus espaldas.

El Engaño del Siglo deja entrever levemente la posición de la Unión Ciclística Internacional, la cual  permite, oculta o minimiza conductas anti éticas y delictivas poniendo como escudo «El bienestar del deporte».

La dureza con la que los jueces internacionales  comenzaron a depurar el ciclismo a comienzos del siglo XXI a raíz del caso de Lance Armstrong pareciera que tuviera su lado flexible a las normas y a la ética.

En la inolvidable etapa número 15 de la Vuelta a España 2016 que ganó el italiano Gianluca Bambrilla con segundo puesto del colombiano Nairo Quintana, 93 corredores llegaron fuera del tiempo reglamentario incluidos todos los del equipo de Chris Froome, el gran rival de Nairo en la definición del título, y aunque el reglamento dice que se deben retirar de la competencia, la organización del evento decidió dejarlos continuar por «El bien del espectáculo» pues no sería bien visto que tan sólo llegaran a Madrid 50 o 60 ciclistas.

 

Nairo Quintana (Col) y Chris Froome (Ing) en la Vuelta a España 2016

Nairo Quintana (Col) y Chris Froome (Ing) en la Vuelta a España 2016

 

El mensaje enviado a nosotros, los millones de espectadores que en todo el mundo seguimos asombrados las hazañas de esos héroes que suben montañas inalcanzables, es claro: las normas, la legalidad y la ética no deben estar por encima del espectáculo.

En una escena de El engaño del siglo,el entonces desconocido Michelle Ferrari, el doctor que implementó «El Programa» para aumentar el rendimiento de los ciclistas con sustancias químicas y alteraciones de la sangre, le hace una interpelación a una colega suya que está dando una conferencia sobre esos químicos. Ferrari le hace ver que según estudios e investigaciones científicas se puede deducir que los atletas sanos tendrían mejores resultados con el uso de esos medicamentos; la doctora lo mira y le dice ¿Dónde quedaría la ética? La mirada de Ferrari queda perdida en el horizonte, como tratando de comprender lo que la doctora le acababa de preguntar.

Armstrong las usó y llegó de primero, sin embargo cuando entré a la página del Tour de France para confirmar algunos datos sobre los ganadores  históricos no encontré su nombre por ninguna parte y en lugar de Campeón, durante los años 1999 – 2005, en la casilla aparece la sentencia, Declarado Desierto.

 

Lance Armstrong en conferencia de prensa

Lance Armstrong en conferencia de prensa

 

Hoy me vuelvo a sentar frente al televisor para seguir la  Vuelta España 2016, veo que los coequiperos de Froome siguen allí al lado de su capo ayudándolo así por reglamento deberían estar fuera de competencia, igual continúo pues nuestro compatriota el gran Nairo Quintana podría quedarse con el título y una vez más me emociono con el relato exagerado de los cronistas argentinos, mexicanos y colombianos.

Lo molesto es que por más que le subo el volumen para escuchar a Mario Sábato, a Goga o a Rubén Dario Arcila, no dejo de escuchar las palabras de los organizadores intentando convencernos  que todo lo que pase es por el ‘bien del espectáculo’.

 

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