“Sugar man you’re the answer
That makes my questions disappear”
A mediados de junio una amiga que conoce mis gustos y disgustos me regaló de cumpleaños un CD con los dos trabajos musicales de Rodríguez, un cantautor de los suburbios de Detroit cuya increíble historia fue premiada con el Oscar a mejor documental en el 2013.
Aunque en ese momento me gustaron, su voz extraña, algunas frases que entendía en inglés y como rasgaba la guitarra, no vi, ni podía imaginar siquiera que el destino pudiera hacerle a alguien una jugarreta tan sorprendente como la que le hizo a este obrero de padres mejicanos.
No sabía que existía este cantante y, modestia aparte, me parecía raro pues me gusta el rock de los sesenta – setenta del siglo XX y según la referencia, el álbum Cold Fact se produjo en 1970. Una vez lo escuché, su sonoridad, su poesía y temáticas me recordaron a Bob Dylan pero me parecieron aun más agradables.
Unas semanas después leí que era probable que el documental En busca de Sugar man (Searching for Sugar man) se presentara en los teatros de cine colombianos. Debía tener algo especial este trabajo audiovisual para que siendo un documental fuera exhibido en salas de cine comercial.
Me interesé y encontré, el trailler con subtítulos en español en internet.
Vea aquí el Trailler En busca de Sugar man
Nada más lo terminé de ver sentí que había algo especial en Sugar man. Fue algo sensorial, pues los testimonios que flotaban sobre las imágenes del oscuro Detroit, contrastados con unos más coloridos provenientes de Sudáfrica, te planteaban la promesa de emprender un viaje fantástico con los seguidores de este músico, que desde Ciudad del Cabo, al sur del continente africano, querían saber qué pasó con su misterioso ídolo norteamericano, del cual nadie en su país tenía referencias.
Aparecieron en la Red cuatro clips con los primeros minutos del documental los cuales vi con emoción. En ellos se dejaba entrever que Sixto Rodríguez fue el cantante más influyente en los setenta y ochenta en Sudáfrica por encima de los Rolling Stone pero que nadie lo conocía en Estados Unidos, su país natal. No habían registros de prensa o algo que contara como acabó su carrera musical, incluso la leyenda del voz a voz decía que se suicidó en un escenario, ingresando al club trágico de grandes leyendas como Jim Morrison o Jimmy Hendrichs.
Con el paso de los días mi ansiedad se incrementó pues se había anunciado que ¡se estrenaría en Bucaramanga el 30 de agosto! Incluso lo promocioné y motivé a los cercanos para ir a ver En busca de Sugar man pero como era de esperarse no llegó y tocó acudir a Cuevana en primera instancia y luego a Now video donde estaba completo y con sub títulos en español
Clip 4 Documental En busca de Sugar man
Lo degusté. Todavía tengo una maravillosa y extraña sensación que intentaré explicar. Es una mezcla entre una enorme satisfacción por ver un documental entretenido, emocional e interesante y un sin sabor por las increíbles y paradójicas vueltas que le dio el destino al protagonista.
“Era como un fantasma que deambulaba por la ciudad”, dice alguien de Detroit,
“Cold Fact de Rodríguez era para nosotros el disco más famoso de todos los tiempos” dice alguien en Sudáfrica.
El director nos mantiene expectantes sobre el misterioso cantante, más o menos la mitad del documental.
Juega con trazos digitales de lápiz en las canciones y con nostálgicas escenas animadas de un hombre con guitarra recorriendo las calles. Hasta ese momento sentía empatía con el fan que quería saber que pasó en realidad con su ídolo y con el persistente detective musical que lo ayudó desde Europa.
Pero conocer al protagonista, que hasta ese momento solo habíamos escuchado hablar por gente cercana a él, o por sus canciones, es de antología. Sus respuestas ante la avasallante historia es de una sabiduría que no es normal. Sixto Rodríguez es para mí como un héroe mitológico real, una especie de Odiseo contemporáneo que quedó al vaivén de los caprichos de Dioses sin oficio.
¿Qué hubiera sido de la vida de este cantante urbano de rock dulce y letras profundas si hubiera tenido éxito? La irónico es que si lo tuvo pero no se enteró sino muchos años después. “Como un famoso que nadie conoce” según la frase del grupo español Fito y Fitipaldis en la canción ´Viene y va’.
El final no es menos sorprendente, estoy seguro que ustedes también lo definirán así. Mientras lo ven sigo escuchando, I wonder: “me preguntó si sabes quién será el próximo con el que tendrás sexo”, Crucify your mind: “ dices que tienes algo entre manos, algo que consideras único” y por supuesto la que le dio su sobrenombre, la que se volvió a escuchar después de cuarenta y tres años de estar perdida para el mundo, la del Hombre del ´azúcar´.
» Sugar man, won’t you hurry
‘Cos I’m tired of these scenes
For the blue coin won’t you bring back
All those colors to my dreams”
Documental completo acá En busca de Sugar man