En 1925, Charles Chaplin, presentó su película The Gold Rush (La fiebre del oro), en la que el pequeño vagabundo buscaba junto a cientos de ilusionados inmigrantes en Alaska, alguna pepita de oro que los hiciera millonarios, en una aventura tragicómica que tenía forma de quimera. De por sí así se tituló para países de habla hispana, La Quimera del Oro.
Traigo a colación este clásico por la discusión que se ha generado en el Gran Santander a raíz de la posible explotación minera a gran escala en el Páramo de Santurbán, una región que además de la tradicional extracción artesanal es fuente de agua y energía para buena parte del nororiente colombiano.
En la película vemos desde un comienzo a cientos de personas caminando en la montaña nevada con la ilusión de encontrar a cualquier costo, una veta del preciado mineral. También vemos un pueblo sin progreso y entre la ambición de hombres y mujeres, un brote de amistad.
Chaplin hace de un buscador que sufre porque no encuentra oro pero sobre todo porque no tiene para comer. La escena en la que cocina un zapato es antológica; La elegancia con que prepara el pedazo de cuero y la forma como degusta los cordones – espaguetis y las puntillas como si fueran costillitas, la hace dramáticamente risible.
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Claro que la secuencia que pasó a la historia como ícono de la cinematografía mundial, es el sueño en el que Chaplin le hace un baile maravilloso a su ingrata amada, con dos tenedores, dos panecillos y su cara.
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Después de salvarse del delincuente Larsen, de sobrevivir a la naturaleza y a la indiferencia de la chica que ama, Charlot es bendecido por el destino pues consigue como pocas veces en su filmografía la felicidad completa.
En la realidad colombiana he visto también una fila de buscadores de tesoros que han llegado hasta la cordillera oriental de los Andes colombianos en el Páramo de Santurbán.
Pero no hablo de las compañías mineras extranjeras que tenían la idea de hacer la búsqueda de oro a cielo abierto y ante la oposición de buena parte de la comunidad bumanguesa, ahora la quieren hacer subterránea, no. Los que he visto llevan sobre sus espaldas morrales con víveres para una semana, carpas, sleeping, cobijas, cámaras fotográficas y video, también han pasado algo de hambre, resistido las bajas temperaturas y los fuertes vientos en algunas épocas del año.
Sin embargo, después de las dificultades, al salir el sol, estos aventureros encontraron el brillante tesoro en Santurbán y como Chaplin, lo compartieron en forma de fotografías y videos.
El abogado y montañista Jorge Willian Sánchez fue uno de los primeros y estas, algunas de las joyas que ´extrajo´ del lugar.
El fotógrafo Freddy Barbosa entro al fondo de la montaña y trajo imágenes que encierran todo un discurso sobre la riqueza.
En video están algunos de los capítulos del programa Los caminos del gran Santander que produjo hace un tiempo la Universidad Santo Tomás y Expedición del gran Santander del Canal TRO, cuyo enfoque es estético y ecológico, en donde sobran las palabras para entender que este es un ecosistema valioso más allá del dinero.
Varios pobladores de la región defienden la explotación minera por ser una actividad que se hace desde la llegada de los conquistadores españoles y da sustento para el día a día. La proyección es que allí estaría la reserva de oro más grande de América con siete millones de onzas. La cuestión es que extraerlo podría afectar el medio ambiente en zona de Páramo, lo cual está por reglamentar en el Congreso de la República .
La minería trabajada con respeto, por el entorno y por los trabajadores debe ser fuente de progreso para toda la comunidad, eso es algo que está por comprobarse en los municipios de la zona en los dos santanderes.
Lo que es sobresaliente son los yacimientos de agua y las lagunas cristalinas.
El líquido que se genera allí permite dar energía a la central de Termotasajero en Norte de Santander y proveer para el consumo en toda el área metropolitana de Bucaramanga, sin contar con gran biodiversidad de flora y fauna que crece en ese medio ambiente.
El gran observador social que fue Charles Spencer Chaplin mostró de manera cinematográfica, la ilusión, los espejismos y las quimeras motivadas por el oro, donde muy pocos salen ricos y el resto no tiene para sus necesidades básicas.
Una quimera según la Real Academia Española es “Aquello que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo”.
Por eso, de todos los aventureros que siguen llegando a lo alto de la cordillera oriental de los Andes colombianos los que más me gustan son los, fotógrafos, realizadores audiovisuales y comunicadores, que caminan al Páramo de Santurbán atraídos por el brillo del agua y la belleza de un lugar que se debate entre sus riquezas naturales.