La plaza de San Pedro en Roma está llena y ansiosa. Miles de católicos ondean banderas de países como España, México, Argentina, Italia y Colombia. Todos con la mirada fija al balcón de la Basílica, a la espera de que el nuevo papa se asome y les de la bendición.
La expectativa es grande pues hace varios minutos que de la chimenea del Vaticano salió el humo blanco que anuncia el inicio de una nueva era papal. Por fin, tres prelados hacen su aparición como preámbulo al gran momento. Los gritos y aplausos son emocionantes, hasta erizar la piel, el cardenal de rojo toma el micrófono, dice sonriente, ¡Habemus Papam! y la plaza estalla de alegría.
Pero pasan unos minutos y nadie aparece en el balcón. Los que anunciaron solemnemente la elección miran hacia adentro, se hacen señas entre ellos, esperan incómodos y es entonces cuando vemos al elegido máximo pontífice, al interior del histórico edificio, con un pavor enorme: – ¡No puedo, no quiero esta responsabilidad! dice y sale corriendo, dejando atónitos a los cardenales que lo rodean y con una incertidumbre a cerca de 800 millones de seguidores de esta religión en el mundo.
La escena pareciera sacada de la vida real, a propósito de la renuncia que presento a su cargo ´vitalicio´, Joseph Ratzinger- papa Benedicto XVI, el 11 de enero de 2013, pero no; es de la película Habemus Papam del italiano Nanni Moretti que se estreno en el 2011.
¿Será que Ratzinger la vio y al hacerlo se dio cuenta que podría cambiar la tradición de ver deteriorarse a los papas hasta morir? No sé, pero en esta oportunidad la realidad se volvió tan sorprendente como la ficción.
La película es una comedia inteligente del mismo ganador de la Palma de Oro en Cannes 2001 con el drama ´La habitación del hijo’, solo que en esta oportunidad nos roba risas ante la situación tan extrema en la que el papa declina porque no se siente capaz de afrontar esa responsabilidad y sus asesores deciden contratar un psicoanalista para que trate hacerlo entrar en razón.
Es posible que Moretti tomara una premisa que mencionó su compatriota Roberto Benigni cuando le preguntaron en 1997 ¿de dónde había sacado la idea de su película “La vida es bella” en la que un padre judío se empeña en hacer feliz a su hijo en un campo de concentración nazi?, Benigni dijo que se había preguntado ¿cuál sería la situación más seria posible para intervenirla humorísticamente.
También es muy probable que tomara la siguiente frase de Ratzinger en el 2005 cuando fue elegido papa, como argumento de su historia: «Hasta cierto punto, le dije a Dios ‘por favor, no me hagas esto’… Evidentemente, esta vez Él no me escuchó», porque hay una divertida escena de la película en la que varios cardenales incluido el elegido ruegan mentalmente que no sean ellos los ´ganadores´.
En Habemus Papam vemos al hombre bajo la investidura, el que quiere desandar sus pasos por la milenaria Roma, el que recuerda las líneas de obras de teatro y las goza como cuando era joven, el que quiere un momento a solas sin que el porta voz del Vaticano esté encima o cualquiera de los seguidores, en fin, sencillamente a un adulto mayor en busca de algo de paz.
En la vida real, el alemán Joseph Ratzinger, a quien personalmente no veía con buenos ojos por haber hecho parte en su juventud de grupos Nazis y por haber sido el director de la Congregación para la doctrina de la fe, ´heredera´ de la Santa Inquisición, afrontó un escándalo que alteraría la tranquilidad de cualquiera: la detención de su mayordomo Paolo Gabriele acusado de filtrar documentos ´secretos´ del Vaticano a la prensa, en un hecho llamado ´Vaticanleaks´ algo similar al escándalo de Wikileaks con los email de embajadas norteamericanas, lo que según algunas fuentes lo afecto notablemente y disminuyó sus fuerzas.
En el trasfondo de la película, Moretti, quien además interpreta al psicoanalista del papa, nos pone en la situación de quienes vemos fuera de lo normal aspectos como, que sean solo hombres quienes puedan votar para elegir, que la sexualidad sea vista como ´pecaminosa´ o que además de lo espiritual haya grandes intereses ´terrenales´ detrás de la dirección de este estado que atraviesa a varios países.
Lo cierto es que el 28 de febrero de 2013 a las 8 de la noche Joseph Ratzinger se retirará a descansar, en una especie de jubilación, que para el resto de los mortales sería algo normal pero que para las curiosas normas de la iglesia católica no.
“He llegado a la certeza de que mis fuerzas, debido a mi avanzada edad, no se adecuan por más tiempo al ejercicio de mi Ministerio. Con total libertad declaro que renuncio al Ministerio de obispo de Roma y sucesor de Pedro”: Benedicto XVI.
Por la condición de comedia, la película no trata otros aspectos que han dado de que hablar, como la pedofilia, la prohibición para usar el condón, la postura frente a la pena de muerte, la discriminación a los homosexuales, entre otras, pero si es un buen referente para intentar entender la decisión que tomó el hombre sentado en la silla de San Pedro.
1 comentario
La vi el año pasado en mi clase de italiano y la historia a pesar de tratarse de una película que refleja a la iglesia católica, encanto la actuación de Michel Piccoli quien es el personaje central al interpretar all Papa electo fuera de la iglesia, más cintas como estas hacen falta.