De ´La inocencia de los musulmanes´ a ´La última tentación de Cristo´

¿Hasta dónde puede llegar el fanatismo religioso? ¡Pues hasta matar!

No estoy diciendo nada nuevo, si revisamos la gran  cantidad de guerras que por cuestiones religiosas se han dado en la historia de la humanidad, solo que la reacción violenta por la película La inocencia de los musulmanes, 2012,  volvió a poner, momentáneamente, el tema.

 

Escena de La inocencia de los musulmanes

 

Bueno, llamar película a un insulto audiovisual como el que hizo el señor Alan Roberts o Sam Bacile o Nakoula Basseley o como se llame pues tiene varios seudónimos y un largo historial delictivo, es demasiado, pero que eso sea la excusa para asesinar el 11 de septiembre de 2012 a cuatro miembros de la representación norteamericana en Libia incluyendo el embajador,  es una barbaridad.

La Inocencia de los musulmanes no aguanta una crítica sencilla, es una película de tan baja calidad técnica (en sonido, efectos visuales y fotografía), narrativa, temática y actoral que pudo haber pasado desapercibida, a no ser por los intereses de algunos fanáticos religiosos de uno y otro lado, que inflaron su alcance.

 

En la Florida el pastor Terry Jones dijo que promocionaba el video de 13 minutos que está en youtube porque occidente debe darse cuenta del radicalismo musulmán. Lo dice el mismo tipo que en el 2011 quemó un Corán!

 

Y aunque las manifestaciones violentas se dieron en países del norte de África con antecedentes de combinar gobiernos dictatoriales y fundamentalismos religiosos, las persecuciones a películas por abordar temas ´sagrados´ también se han vivido en Latinoamérica.

Aunque no se llegó al extremo de asesinar, recuerdo el caso de censura que sufrió la película La última tentación de Cristo, 1988, dirigida por el sobresaliente Martin Scorsese,  cuando el militar chileno Augusto Pinochet prohibió su exhibición en su país porque no le gustó el trailler. La sorprendida industria de distribución cinematográfica chilena discutió la decisión pero años más tarde la Corte Suprema ratificó la orden del dictador pues en su ‘sabiduría´ la cinta podría ofender a los seguidores de la religión católica.

 

 

Una escena en la que Jesús de Nazareth, interpretado por Wilem Dafoe, imagina momentos íntimos con María Magdalena era lo que no querían que vieran los espectadores, a quienes evidentemente trataban como ignorantes, pero la historia es más que eso,  pues plantea, especialmente, en la media hora final, conflictos, fortalezas y debilidades de este elocuente hombre torturado en un par de palos, quien quería vivir como un alguien del común y no tener que ser sacrificado en nombre de una idea de Dios.

Varios chilenos desafiaron la censurable medida presentándola en cineclubes y universidades hasta que un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en 2001 determinó que “el estado chileno violó los derechos a la libertad de expresión y a la libertad de conciencia consagrados en los artículos 12 y 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos en perjuicio de la sociedad”.

 

Un diálogo de La última tentación de Cristo que resume mi planteamiento sobre los fanáticos y su forma de pensar es en el que Jesús les explica a un grupo de judíos, sobre los pobres, los que tienen hambre y los que sufren, a quienes se les hará justicia por medio del amor y en respuesta unos cuantos empiezan a arengar a los demás promoviendo la muerte de los ricos! Algo muy diferente a lo que él estaba diciendo.

Evidentemente hay una distancia abismal entre una obra como la de Scorsese que está basada en el libro de Nikos Kazantzakis, con grandes interpretaciones, con una adaptación que invita a la reflexión y La inocencia de los Musulmanes dirigida por un radical envenenado por el odio hacia otras creencias.

El problema siempre serán los fanáticos, esos seres incapaces de reconocer que su creencia es una más dentro de las cientos que hay, la cual es susceptible de ser aceptada, rechazada, cuestionada o reinterpretada artísticamente así sea un bodrio como la cinta que sirvió de pretexto para atacar a los estadounidenses en Libia.

Para finalizar, dejo algunos títulos de películas que fueron censuradas por sus cuestionamientos tanto al catolicismo como a la religión musulmana y que incluso una de ellas le costó la vida a su director:

El crimen del padre Amaro, Carlos Carrera 2002, El Código Da Vinci, Ron Howard 2006, El Exorcista, Willian Friedkin 1973, La virgen de los sicarios, Barbet Shroeder 1999, La pasión de Cristo, Mel Gibson 2004 y Sumisión, Theo Vang Gogh 2004 asesinado en Holanda por un fanático religioso musulmán.

 

 

 

 

Comentarios

comentarios

1 comentario

    • jorge paz el 28 marzo, 2014 a las 10:56
    • Responder

    Con lo que he leído hay que verla completamente parece una buena obra del séptimo arte.Cuando chico si le dieron palo en los 80s pero viéndolo bien desde el punto de vista actual fue revolucionaria para lo que habría de venir en cuanto a cine .

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