Después de la obra de arte que dirigió Christopher Nolan con Batman El caballero de la noche 2008, había que ver por obligación la última parte de la trilogía, Batman Asciende 2012, la cual venía impulsada no solo por la buena fama de la anterior sino por el morbo que generó el acto violento sucedido en su noche de estreno, el 20 de julio de 2012, en un teatro de Aurora Estados Unidos, donde un tipo encarnando a El Güasón disparó indiscriminadamente contra los allí presentes.
El trastornado asesino compró 4 revólveres, una escopeta y un fusil en una tienda de su ciudad lo que volvió a poner en discusión la ley que permite y exalta el uso de armas por parte de particulares, un tema eludido por los actuales candidatos a la presidencia norte americana, por la influencia que tiene la Asociación Nacional del Rifle, a la que solo dejó mal parada Michael Moore con su documental Bowling for Columbine 2002, donde cuenta lo fácil que es cometer un acto de estos en el país, por la dichosa ley, pero más allá de eso, por la paranoia colectiva motivada desde los gobiernos ante posibles ataques terroristas.
Esa misma “Teoría del miedo” la aplica Nolan en su visión oscura de Ciudad Gótica, que puede ser Nueva York, Bogotá o cualquier gran ciudad en el mundo, donde unos terroristas, sin objetivos aparentemente claros, acorralan a una sociedad a punta de actos violentos.
La ineficiencia de la policía, los fiscales, jueces y los políticos, mantiene asustada a Gótica pues esta vez surgió un personaje, Bane, tan o más anárquico que el Güasón ante el cual las fuerzas legalmente constituidas no pueden hacer mayor cosa.
Por eso los habitantes de Gótica piden que vuelva el hombre murciélago para que limpie las calles de esos malechores, sin importar que él mismo esté fuera de la ley.
Aquí surge la gran diferencia entre Batman el Caballero de la noche y Batman Asciende. En la primera se entienden las razones de la sociedad y de todos los estamentos que combaten el crimen para sorprenderse con el súper héroe que ´ayuda al estamento´ pero que está al margen de la ley; por eso termina perseguido, pues la policía de ciudad Gótica no podía mostrar su colaboración con el personaje, porque lo convertiría en un paramilitar.
En la última de la trilogía, la ley Dent, que permitió capturar a muchos delincuentes, parece no ser capaz con Bane quien aisló la ciudad y la mantiene bajo constante temor, por la posibilidad de explotar una mega bomba.
Y aunque me estaba divirtiendo con la factura de la película llegó una escena que activó algo en mí.
El jefe Gordon admirado por su valentía en la lucha contra el crimen se siente impotente con este nuevo reto y le dice al joven, y aún recto, oficial Blake que cuando la ley no pasa de ser letra muerta en un papel y las fuerzas del orden son insuficientes, es cuando se necesita alguien que esté por encima de ella, ojo con el planteamiento, y que por eso hay que convencer a alias Batman, porque en realidad el señor se llama Bruce Wayne, de que vuelva a ponerse la máscara.
Como Batman sale de su ostracismo y enfrenta exitosamente a Bane, la comunidad le rinde homenajes y le erigen estatuas, pero ´pilas´ que este ´heroísmo´ no es otra cosa que la aceptación del paramilitarismo como opción social, algo similar a lo que hicieron gran cantidad de congresistas colombianos al aplaudir de pie al jefe ´Para´ Mancuso cuando lo invitaron a dar un discurso sobre su postura política, en el mismo recinto donde se hacen las leyes.
Me sorprende que esto se pase por encima y que por el contrario se alabe el planteamiento del héroe enmascarado que actúa en complicidad con algunos miembros de organismos de control.
Otros dicen, respecto a la situación que plantea la película, que era necesario el enmascarado fuera de la ley porque los estamentos legales tenían muchos miembros corruptos, pero mi forma de ver el asunto es que siempre debe haber una instancia nacional o internacional legal a la cual acudir sin llegar a apoyar fuerzas para estatales, lo válido es el monopolio de las armas por parte del estado, es decir Policía y Ejército.
Unos amigos argumentan que lo que hace Bruce Wayne no es ilegal sino colaboración ciudadana, hasta cierto punto puede ser, pero la máscara, los métodos y las armas que usa pueden derivar en delitos. Grupos de mal llamada limpieza social como la Mano Negra comenzaron así, justificando su accionar delictivo por el bien y el orden en las ciudades.
Me divertí con Batman Asciende, mientras la vi con ojos ´crispeteros´.además porque el inglés Cristopher Nolan ya nos ha contado historias que exigen un ejercicio mental como Amnesia(Memento), 2000 y El Origen (Inception) 2010, pero apenas se me atravesó la escena del jefe Gordon sentí una repulsión, como la que me generan los delincuentes que usan pasamontañas o los que se ponen camisetas en la cabeza para no ser descubiertos en una manifestación y que seguramente usaran la violencia física para amedrentar a la sociedad.
De esta manera se ayuda a cerrar dramáticamente el ´círculo vicioso´ con las grandes organizaciones que apoyan la idea de armar a la sociedad civil para su autodefensa, recordemos que el general Santoyo, jefe de seguridad del ex presidente de Colombia Álvaro Uribe, está actualmente detenido en Estados Unidos por colaborar con grupos armados al margen de la ley que decían defender a los ciudadanos en su lucha contra los terroristas de las Farc.
Mario Mantilla Barajas
Comunicador Social – Realizador Audiovisual
Twitter: @mareoman88 / mariomantilla88.blogspot.com
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