Cuando nos enteramos que en Cañaveral abrieron un teatro para sentir la Cuarta Dimensión cinematográfica, mi hijo de 9 años me preguntó ¿si sabía cómo era eso del cine en 4D? y lo más cercano que encontré en mi experiencia para ilustrarlo fue la vez que siendo niño viví algo cercano en una “Ciudad de Hierro” que llegó a Bucaramanga.
Sucedió en una de esas ferias de atracción que se ubicaban en Ciudadela Real de Minas; con su Montaña Rusa un tanto oxidada, estrecha y temblorosa, la centrífuga mareadora, atracciones que para mí no lo eran tanto por mi facilidad al mareo, incluyendo los Carros Chocones, que por estar en tierra no eran menos ´particulares´ pues estaban conectados con una especie de antena a una parrilla eléctrica y cada vez que chocaban producían una descarga, que podría ser ¡mortal! a juzgar por los letreros de “Peligro, no bajarse del carro” con una calavera ubicados en toda la pista,
Hasta que al fin encontré un aparato que me llamó la atención y además no había mucha cola. Era un Cohete con capacidad para 12 personas aproximadamente que tenía en su interior una pantalla grande, parecido al que nos regaló Méliés en su Viaje a la Luna. Una vez adentro, le conté al pelao, que la punta del cohete empezó a elevarse y todos quedamos prácticamente acostados, la pantalla se encendió y apareció el recorrido del cohete por el cielo, su entrada al espacio exterior, el paso por meteoritos y que mientras veíamos esto el aparato se movía, inclinaba o giraba en una especie de realidad virtual.
Fotograma película Viaje a la Luna, George Méliés, 1902
Nada que hacer, mis recuerdos lo motivó tanto como a mí. Salimos bulliciosos con primitos y amiguitos entre 5 a 10 años al Cine Aventura de Cañaveral donde pasaban 3 cortos aproximadamente de 10 minutos cada uno. Mi confusión comenzó en la sala de espera, pues la organización reparte gafas para ver apartes de una película en 3D en un TV y me hice a la idea que una vez adentro veríamos imágenes cinematográficas pero no fue así.
Cuando dieron la entrada a la sala principal vimos tres hileras escalonadas con cuatro puestos cada una, similar a las de mi cohete pero modernas, ahí me alegré, nos amarramos el cinturón de seguridad y nos pusimos las nuevas gafas para el 4D y efectivamente comenzó la acción. El primer corto en realidad es un recorrido por una Montaña Rusa digital; es decir no son imágenes grabadas con una cámara sino creadas por computador, las sillas se mueven pero no está el vértigo que recordaba en la oxidada Ciudad de Hierro.
Luego un pequeño de 4 años comenzó a llorar y una de mis sobrinas también pues el segundo corto incluía una araña gigante que amenazaba con atacarnos y en 4D puede ser impactante para los más chiquitos. El llanto del niño se transformó en gritos: “¡sáquenme de aquí!” y el papá aunque intentaba convencerlo que era divertido solo lograba gritos mayores. De pronto empecé a sudar frio porque es bastante tiempo dando vueltas y la cabeza ya no me da para tanto.
Sin embargo, los pelaos mayorcitos, los de 9 y 10 años, se la gozaban como nunca, se divertían cada vez que les caía un chorrito de agua o sentían una vibración en la silla mientras en la imagen el desbocado carrito de safari se salía de la carretera.
Mi sobrina de 5 años no aguantó más, se quitó el cinturón, la alcé, se enganchó en un abrazo con la cabeza escondida en mi pecho y aun faltaba el último corto aun más oscuro que los otros pues se desarrollaba al interior de unos túneles y cuevas.
Salí un poco mareado de esta especie de Ciudad de Hierro actual, intentando sostener una sonrisa con los pelaos emocionados pero no pude, no comprendía cómo es que a ellos les había fascinado tanto. Apenas llegamos a la casa, cogieron los controles de la consola de juegos, pusieron Super Mario Galaxy y empezaron a brincar y a “convulsionar” con el recorrido de Montaña Rusa espacial, peleas con monstruos digitales, acompañados por el zumbido y vibración del control, ahí entendí.
Tocará esperar a que lleguen las anunciadas películas de verdad adaptadas a la Cuarta Dimensión, como Night Before Cristmas de Tim Burton y Avatar de James Cameron o en su defecto buscaré en alguna Ciudad de Hierro que llegue a la ciudad, el viejo Cohete que recuerdo como si fuera ayer.
Mario Mantilla Barajas
Comunicador Social – Realizador Audiovisual
mariomantilla88.blogspot.com / twitter: @mareoman88
Facebook, Control TV – Defensoría del Televidente Canal TRO