Crecí en un periódico. Digo esto porque mi padre es periodista y desde muy temprana edad lo acompañé a las largas jornadas que terminaban en la madrugada en muchos medios del país. Aprendí rápidamente a saber cuantas líneas pueden meterse en una columna y cual es la mejor manera de titular; leer a Alvaro Cepeda ayudo con el resto. Cuando mi padre hizo radio, me escapaba a la buhardilla de una vieja casa en el Barrio Chapinero de Bogotá donde grababan radio novelas. Si tenía suerte y me quedaba calladito podría ser un caballo, fuego, agua o en el mejor de los casos un trueno previo a la aparición del malo de la novela. Alimentado por la gran biblioteca del viejo entré de lleno a ejercer el periodismo como tal. Hice prensa, radio, poesía, novela, cuento, convencido de la necesidad de evitar una generación acostumbrada a las sandeces como método. Obtuve mención en el Concurso de Poesía Fantástica Mi - Natura en España, el Premio de Periodismo Cultural (Beca de Creación) del Ministerio de Cultura y el Premio de Literatura Infantil y Juvenil Barco de Vapor. Espero que mis hijos sientan la emoción que aun me conmueve cuando veo a mi padre escribir.
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